martes, 13 de enero de 2015

HIZO 55 AÑOS

Foto presentada en el segundo intento de Segregación
DECRETO 15831/1959, de 10 de septiembre, por el que se
deniega la segregación del lugar de ARROYO DEL OJANCO, del Municipio de Beas de Segura (Jaén), para constituirse en Municipio independiente.

La mayoría de los vecinos del lugar de Arroyo del Ojanco,
perteneciente al Municipio de Beas de Segura, en la provincia
de Jaén, solicitaron la segregación de su territorio para constituirse a su vez en Municipio Independiente. Seguido el procedimiento en el expediente oportuno, quedó demostrado que
la segregación que se pretendía había de causar graves perjuicios
económicos no solamente al Municipio originario, sino también
al que pretende constituirse; en su vista, y teniendo en
cuenta que la vigente Ley de Régimen Local de veinticuatro de
Junio de mil novecientos cincuenta. y cinco, en sus artículos
quince y dieciocho, supedita las alteraciones municipales de
cualquier clase a la posibilidad de subsistencia económica de
los términos afectados por las mismas, a propuesta del Ministerio de la Gobernación, de acuerdo con lo informado por el
Consejo de Estado y previa. deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día veintiuno de agosto de mil novecientos noventa y nueve

DISPONGO

Artículo único.- Se deniega la Segregación del lugar del Arroyo del Ojanco, perteneciente al Municipio de Beas de Segura, en la provincia de Jaén, para su constitución en Municipio independiente.
         Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en La Coruña a diez de septiembre de mil novecientos cincuenta y nueve.
FRANCISCO FRANCO

El Ministro de la Gobernación

CAMILO ALONSO VEGA



lunes, 12 de enero de 2015

EL ARROYO QUE DA NOMBRE A UN PUEBLO



         El arroyo que da nombre a un pueblo, nuestro pueblo, Arroyo del Ojanco. Intentaré  repetirme lo menos posible al hablar sobre este tema, pero algunas referencias históricas saldrán a la luz ya dichas anteriormente en otros artículos míos.
         Empezaremos por el nombre del arroyo, esa corriente de agua que en algunos años de sequía prolongada se puede cortar.
         Ya en el siglo XVI, y aquí me repito, se conocía este arroyo como del Ojanco (Loçanco). Pero seguramente unos trescientos años, poco después de su conquista en el 1235, se le empezaría a nombrar con este nombre. Los caballeros que conquistaron estas tierras y que trescientos años después sus descendientes todavía tenían posesiones a ambos lados del cauce del arroyo en los lugares que hoy ocupa el pueblo. Estos caballeros eran oriundos de Cantabria del solar de Soverón, del valle del Bedoya, también llamado el valle del Honor. Eran de la familia de los Bedmares y Bedoyas. Los que a finales del siglo XVI vivían y tenían posesiones aquí eran: Diego de Bedoya con casa y labor en el cerro Portazgo y Hernando de Bedoya tierras de labor en el Encinarejo (al lado derecho del arroyo).
          Hacemos  referencia a estos caballeros al hablar del nombre del arroyo, porque  en esas tierras que eran oriundos siempre ha habido leyendas sobre ojancos, ojancanu u  ojancanos como ellos dicen por allí. Seguramente fueron los que nombraron este arroyo con el nombre que hoy lo conocemos, arroyo del Ojanco, hace aproximadamente 800 años.
         Esas relaciones famosas de Felipe II del año 1575, se nombraban los  productos de sus huertas, arboledas, cañamares y regadíos de pan llevar. También nos describe su nacimiento y por donde discurre hasta llegar al río Guadalimar. Se dice su longitud, una legua y la distancia que está de la villa de Beas, otra legua.
         Sobre 1.845, en el Diccionario Geográfico- Estadístico- Histórico de España de Pascual Madoz,  todavía se le seguía llamando de la misma manera, arroyo de Lojanco cuando se refiere a corrientes de agua, y cuando habla de las huertas con el nombre de arroyo de Lojamo.
 
Su longitud es de aproximadamente de unos 14 Km. Cerca de 12 Km. de su cauce pertenecen a nuestro término municipal, recorriéndolo de sur a norte por su mayor anchura. Cerca de 2 Km. restantes pertenecen al término de Beas. Algo  más de un kilómetro al norte del pueblo, desemboca en el río Guadalimar.

Los destrozos de la riada en la fábrica de Fuentebuena
Los barrancos o arroyos que vierten sus aguas en él son los siguientes: Por el lado derecho los principales son el barranco del arroyo de la Parra con bastante caudal casi todo el año, que se junta cerca de 7 Km. por encima del pueblo, el barranco de Paules junto con el arroyo de los Galindillos a 6 Km. del pueblo. Por el lado izquierdo el del barranco de la Cañas que este año ha llevado agua hasta mediados de agosto, se junta unos 3 Km. por encima del pueblo, el arroyo de Los Perales o de Los Torcalillos todavía no se ha cortado el agua, un poco más abajo que el anterior y por último el de la Oliva que se junta por debajo del puente de las Chozas.  

En esta foto se puede ver la altura que alcanzó
el agua en la casa de Molina que era entonces de Antonio Serrano. Las personas están en lo que es la casa de Ana Mari Chinchilla

Estos barrancos, que al final de los veranos secos, no llevan agua, son capaces en un momento determinado recoger gran cantidad de agua que al aportarla al cauce del arroyo producen y han producido riadas y desbordamientos por donde han ido pasando. Siempre me viene a la memoria la gran riada del 7 de julio de 1935, que destrozó la fábrica de Fuentebuena y en el pueblo saltó por encima del puente tirando una casa e inundando a varias de las cercanías lo mismo que la iglesia y llegando las aguas hasta el nivel de la plaza de San Marcos. También hubo una perdida humana en la persona de Luis Heredia Olivares a la altura de Fuentebuena. Toda esta historia de la riada ya ha sido publicada anteriormente por mí y se puede ver en mi blog.

Foto de la parte de arriba del puente en estado que estaba cuando la riada de 1935
Quisiera, lo mismo que cuando publiqué esta narración, que tuviésemos más cuidado con los usos que les demos a las orillas y a los cauces del arroyo e intentar su limpieza para que no sea una especie de escombrera donde se deposite todo lo que nos estorba. Viendo una foto de la riada del 35, podemos apreciar la anchura que llevaba el arroyo a la altura del puente y lo que pasó. Fijémonos en esta imagen y quizá sirva para hacernos recapacitar del uso que hacemos o hemos hecho de las riberas del arroyo. Y acabo como acababa hace 14 años con la frase: “Lo que es del arroyo, el agua se lo lleva”

Andrés Marín Sánchez

NOTA: Las fotos de la riada son propiedad de Isabel Romero


HIZO 20 AÑOS


         En los días previos y posteriores de las fiestas de Navidad ha habido una serie de conmemoraciones de acontecimientos que fueron parte de la historia más reciente de nuestro pueblo que no debemos olvidar nunca: La constitución de nuestro Ayuntamiento.
         La primera de ella fue el pasado 13 de diciembre, que hizo veinte años que la Junta de Andalucía nos reconoció por decreto como el municipio número 97 de la provincia de Jaén.
         En este día de Santa Lucía, el Consejo de Gobierno de la Junta, en su reunión semanal de los martes, decretó la constitución del nuevo municipio de Arroyo del Ojanco. Este hecho no fue motivado por una voluntad política, sino acatando el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
         Este fallo del tribunal a favor de la constitución del nuevo municipio de Arroyo del Ojanco se dicto el 5 de abril de 1993.
         Los antecedentes a este fallo comenzaron en el 1991, el 5 de junio, cuando se  interpuso ante la Sala de lo Contencioso- Administrativo  del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía con sede en Granada el recurso contencioso-administrativo nº 176/1991 contra la desestimación presunta por silencio administrativo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía de la segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco para la constitución de un nuevo municipio independiente.
         El letrado del Gabinete Jurídico de la Junta de Andalucía contestó a la demanda por escrito de 30 de Enero de 1992, en el que alegó los hechos  y fundamentación jurídica  que estimó pertinentes  y suplicó a la Sala que dictase sentencia “por lo que declare inadmisible el presente recurso  contencioso- administrativo en cuanto a la pretensión indemnizatoria y, en todo caso, lo desestime en cuanto al fondo del asunto, con expresa imposición de costas a la parte recurrente”. En este caso a nosotros.
         Practicada  la prueba declarada pertinente por auto del 17 de febrero de 1992 y evacuado el trámite de conclusiones por las representaciones de ambas partes, la Sala de lo Contencioso-Administrativo  del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía con sede en Granada, dictó sentencia con fecha 5 de abril de 1993, cuya parte dispositiva es como sigue:
FALLAMOS: se estima en parte el recurso interpuesto por D. Francisco Ventura Samblás López y 26 más , como integrantes de la Comisión Promotora del Nuevo Municipio de Arroyo del Ojanco, contra el acto desestimatorio presunto de la solicitud formulada por los actores al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía   el 15 de Junio de 1984, dirigida ala constitución del nuevo municipio de Arroyo del Ojanco, segregándolo del actual de Beas de Segura con la configuración que aparece en el plano adjunto a la solicitud de segregación. Anulando el acto impugnado por no ajustarse a Derecho. Sin expresa imposición de costas a ninguna de las partes”.
         Viendo estos antecedentes vemos que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía que por aquel entonces era presidida por D. Manuel Chaves, no tenía voluntad política de Arroyo del Ojanco fuese un nuevo municipio.
         Me acuerdo del viaje que hicimos algunos miembros de la Comisión Pro segregación el día 24 de Enero.¿Casualidad de la fecha? al Tribunal Superior de Justicia de la Junta en Granada en su sede de la Plaza Nueva. La noche anterior fue una noche de agua, frío y nieve en los alrededores del pueblo, que no tuvo nada que ver con el día siguiente completamente raso. Al reunirnos con el secretario del Tribunal, junto con nuestro abogado José Antonio Gallego, para ver el estado de nuestra denuncia o recurso Contencioso-administrativo. El secretario dijo que todavía estaba abierto el plazo para presentar recurso por la Junta de Andalucía cuando se había pasado desde la presentación  de la denuncia más de siete meses, desde el 5 de junio del año anterior (1991). Después de sus más y sus menos con el secretario del Tribunal, parece que surgió efecto pronto pues la Junta presentó sus alegaciones contra nosotros seis días después.
         A finales del mismo año, 1992, el día 22 de Noviembre, hicimos otra visita más fructífera al Tribunal Superior de Justicia de la Junta en Granada. Nos recibió el ponente que llevaba el caso, que era un abogado jubilado repescado por falta de personal con plaza en le Tribunal. Su trato fue muy correcto con los que entramos a su despacho, nuestro abogado se quedó fuera para que no fuese mal interpretado como coacción o alguna otra presión  que pudiese pensar el ponente que ejerciese sobre él nuestro letrado. Nos preguntó el ponente sobre cosas de nuestro pueblo como historia, fiestas o costumbres, pues él no conocía la existencia de nuestro pueblo.
         Cuatro meses después de esta visita, el 5 de abril de 1993, se dictó el fallo por el tribunal Superior dándonos la razón sobre la Junta para formar nuestro Ayuntamiento.
     Volviendo al día 13 de diciembre de 1994, este año, hemos visto por las redes sociales circular el video de Canal Sur que dio la noticia sobre aquel suceso que nos daba la segregación. En él se ven, entre otras cosas, dos entrevistas a vecinos nuestros: uno era Miguel Llavero, el presidente de la Comisión y previsiblemente el nuevo alcalde por ser también concejal en Beas, cosa esta última que no se produjo al no ser efectiva como después pasó la constitución del Ayuntamiento; la otra persona fue la madre de Juan Martínez, Paca Torres.
Antiguo edificio del Ayuntamiento y consultorio médico

         Nosotros, algunos miembros de la Comisión Pro – segregación, ya sabíamos lo que iba a pasar desde el fin de semana anterior a ese martes 13 de Diciembre. Ese fin de semana fuimos citados, en el hotel, por el Vicepresidente de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, para darnos a conocer la noticia del que el día ya antes señalado iban aprobar en el Consejo De Gobierno de la Junta el decreto de Segregación. Iba acompañado por miembros de la ejecutiva socialista del pueblo con los que se había reunido previamente. Nos quiso aconsejar sobre los procedimientos que deberíamos seguir y para que no nos engañaran en proceso el ayuntamiento de Beas. Nosotros les dijimos que todo eso ya lo sabíamos y que teníamos al abogado, D. José Antonio, que era un experto en estos temas que estaría pendiente de todo.
         Estuvimos con una alegría contenida por si el martes 13 no se producía el deseado decreto, pues ya teníamos una decepción sobre nuestras espaldas. Esta fue la del fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que el día 5 de abril de 1993 no daba la razón y obligaba a la Junta a hacer del decreto cosa que se había demorado casi 20 meses en producirse. Estuvimos pendiente de las noticias del Canal Sur que todos los martes que había Consejo de Gobierno hablaba sobre las principales resoluciones. Y la noticia se produjo como nos la habían prometido.
Aquella tarde no fuimos a la escuela, pues había clase con los niños, para preparar la celebración y atender a los medios de prensa que se iban a presentar en el pueblo. Los primero fue hacer repicar las campanas, como otras veces se había hecho. Que por cierto las cuerdas se rompieron al echarlas al vuelo y enredarse alrededor de ellas. Estando en la puerta de la iglesia, una compañera que iba para la escuela se acercó, y algo vería raro en mí, que me dijo sino estaba contento o que no era verdad todo aquello. El tiempo le dio la razón a los pocos meses.
Estuvimos buscando también cohetes. Encontramos algunos que había en las oficinas del ayuntamiento que habían sobrado de San Francisco. Luego vimos que fallaban cuando fuimos a usarnos delante de las cámaras de televisión. No subían, pero si explotaban y dejamos de tirarlos delante de la gente, la mayoría los tiré al arroyo al lado del puente de la cooperativa.
También se puso un grifo de cerveza, como ya había pasado el 5 de abril del 1993 con la anterior decepción, en la puerta del ayuntamiento o casa del médico.
Se sacó a la calle a la Inmaculada que todavía estaba sobre las andas después de su día, el 8 de Diciembre. La gente, que cada vez acudía mas alrededor de la iglesia y el ayuntamiento, estaba entusiasmada no paraban de darse abrazas y felicitaciones. La prensa no dejaba de hacer preguntas ya fuera para los periódicos, la radio y la televisión. A mi me hicieron unas preguntas radio Sierra y me acuerdo de una de cómo íbamos a pagar al abogado y de donde sacaríamos los dineros para hacerlo. Le contesté, entre otras cosas, que no era tan cuantioso el coste y si nos quedaba algo que pagar lo pagaríamos cuando fuésemos pueblo con dinero del nuevo Ayuntamiento como seis años después pasó. 
Pronto la alegría y la euforia fue poco a poco decayendo al no ponerse en funcionamiento o hacerse efectivo el Decreto sobre la constitución del nuevo municipio.
El día 27 de enero de 1995: auto del Tribunal de Justicia por el que se insta la abstención de llevar a cabo el acto de ejecución de la sentencia del 5 de abril de 1993. Esto provocado por un recurso del Ayuntamiento de Beas.


Y el 2 de febrero, seis días después: orden de la Junta suspendiendo la ejecución del Decreto a favor de la segregación del 13 de diciembre de 1994 hasta que el Tribunal Superior lo ordene. Y otra vez a esperar 6 años y un mes más hasta conseguirlo, El 24  de enero del 2.000. 
Adjunto a continuación el Decreto de Segregación publicado en el B.O.J.A.
Día de huelga general en diciembre de 1987

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía - Histórico del BOJA Boletín número 16 de 28/1/1995

1. Disposiciones generales


Consejería de Gobernación

 

DECRETO 469/1994, de 13 de diciembre, por el que se aprueba la segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco, perteneciente al municipio de Beas de Segura (Jaén), para su constitución en nuevo e independiente municipio, en ejecución de la sentencia dictada el 5 de abril de 1993 por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

La mayoría de los vecinos del núcleo de población de Arroyo del Ojanco el día 15 de junio de 1984 presentaron escrito, junto con la documentación exigida por el artículo 20 del entonces vigente Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales, de 17 de mayo de 1952, ante el Ayuntamiento de Beas de Segura de la Provincia de Jaén, para la segregación del citado núcleo de población y su posterior constitución como municipio independiente. Como consecuencia de tal petición, el Ayuntamiento aludido, en sesión celebrada el 14 de julio de 1984, con el quórum de la mayoría absoluta legal de sus miembros, se pronunció en contra de la segregación.
Al expediente se incorporaron tanto el acuerdo adoptado el 11 de marzo de
1985 por la Comisión de Gobierno de la Excma. Diputación Provincial de Jaén, como el informe emitido el 22 de julio de 1985 por el entonces Delegado Provincial de Gobernación de Jaén, ambos en sentido favorable a las pretensiones de los solicitantes.
Por otra parte, y al venir pronunciándose el Consejo de Gobierno, en forma genérica, a finales de la década de los ochenta, sobre la necesidad de que el núcleo que sirviera de base al nuevo municipio se encuentre a una distancia apreciable de aquel en que se asiente la capitalidad del municipio a que pertenece y cuente con una población que gire en torno a los 5.000 habitantes para que pudiera prosperar su segregación, se informó desfavorablemente en el mes de febrero de 1988 por los Servicio de Coordinación con las Corporaciones Locales y de Régimen Jurídico, ambos de la Dirección General de Administración Local y Justicia. Sometido el expediente a dictamen del Consejo de Estado, su Sección 3ª interesó que se completara el expediente con informe del Pleno de la Diputación Provincial de Jaén, nuevo trámite de audiencia y una nueva propuesta de resolución pormenorizada.
Con tal motivo, la Diputación Provincial de Jaén en su sesión plenaria celebrada el día 5 de mayo de 1989, acordó informar favorablemente el expediente con el voto de las dos terceras partes de los miembros que conforman la misma.
Realizado el trámite de audiencia interesado por el Consejo de Estado, se incorporan alegaciones formuladas el 22 de junio de 1989 por la representación de los vecinos, así como diversos datos poblacionales y presupuestarios aportados por el Ayuntamiento de Beas de Segura. Todo ello motiva nuevos informes de los Servicios citados en párrafos precedentes, en los que se reitera la opinión recogida en su día. Elaborada nueva propuesta de resolución, la misma junto con el expediente se eleva al Consejo de Estado, elcual, en la sesión celebrada el día 13 de diciembre de1990 por su Comisión Permanente, se pronuncia contrario a la aprobación por este Consejo de un proyecto de Decreto para la constitución en municipio independiente de Arroyo del Ojanco. Formulado recurso contencioso administrativo contra la resolución desestimatoria presunta del expediente de segregación promovido al efecto, se dictó Sentencia por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el día 5 de abril de 1993, estimatoria en parte a la constitución del nuevo municipio de Arroyo del Ojanco «segregándolo del actual de Beas de Segura con la configuración que aparece en el plano adjunto a la solicitud de segregación«. Contra la expresada Sentencia se preparó al amparo del artículo 96.1 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa recurso de casación tanto por el entonces Gabinete Jurídico de la Consejería de la Presidencia, como por el Ayuntamiento de Beas de Segura. Dichos recursos fueron admitidos, si bien la Comisión Promotora presentó recurso de súplica contra dicha admisión que dio lugar al Auto de 28 de junio de 1993, por el que se deja sin efecto lo acordado en la providencia de 6 de mayo de igual año, en relación al recurso presentado por el Ayuntamiento de Beas de Segura. Por lo que respecta a esta Comunidad Autónoma, su Consejero de Gobernación dictó Orden de 7 de mayo de 1993 autorizando al citado Gabinete a desistir del recurso interpuesto, lo que se llevó a término mediante escrito presentado ante la correspondiente Sala del Tribunal Supremo. El artículo 17.1 de la Ley 7/1993, de 27 de julio, Reguladora de la Demarcación Municipal de Andalucía, dispone que los expedientes de creación de municipios serán resueltos por Decreto del Consejo de Gobierno, a propuesta del Consejero de Gobernación.
En su virtud, al amparo de lo establecido en el artículo 16.8 de la Ley
6/1983, de 21 de julio, del Gobierno y la Administración de la Comunidad Autónoma, a propuesta de la Consejera de Gobernación, y previa deliberación del Consejo de Gobierno en su reunión del día 13 de diciembre de 1994
DISPONGO
Artículo 1.Se aprueba, en ejecución de la Sentencia dictada el 5 de abril de
1993 por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, la segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco, perteneciente al Municipio de Beas de Segura (Jaén), para su constitución en nuevo e independiente municipio, y que tendrá su capitalidad en el núcleo de población de igual denominación.
Artículo 2.Los nuevos límites de los respectivos términos son los recogidos en el plano intitulado «Documento núm.1« obrante en el expediente.
Artículo 3.La división de bienes se realizará mediante aplicación del principio de territorialidad puro. Por lo que respecta a las deudas, cargas y obligaciones no imputables de forma exclusiva a uno u otro municipio, se prorratearán entre ambos conforme a la población y la riqueza imponible respectiva.
Artículo 4.El Ayuntamiento de Beas de Segura entregará al nuevo de Arroyo del Ojanco copia autenticada de todos los expedientes en trámite que afecten y hagan referencia exclusiva a la zona segregada.
Artículo 5.Se faculta a la Consejería de Gobernación para la interpretación, desarrollo y ejecución del presente Decreto, que entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.
Sevilla, 13 de diciembre de 1994
MANUEL CHAVES GONZALEZ
Presidente de la Junta de Andalucía
CARMEN HERMOSIN BONO
Consejera de Gobernación

  El día 2 de febrero se cumplen 20 años del siguiente acontecimiento que se refleja a continuación en esta publicación del BOJA


Boletín Oficial de la Junta de Andalucía - Histórico del BOJA Boletín número 25 de 15/2/1995

3. Otras disposiciones

Consejería de Gobernación

ORDEN de 2 de febrero de 1995, por la que se suspende la ejecución del Decreto 469/1994, de 13 de diciembre, por el que se aprueba la segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco, perteneciente al municipio de Beas de Segura (Jaén), para su constitución en nuevo e independiente municipio, en ejecución de la sentencia dictada el 5 de abril de 1993 por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, con motivo del auto dictado por dicha Sala con fecha 27 de enero de 1995.

Por la Dirección General de Administración Local y Justicia se instruyó expediente de segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco, dependiente del Municipio de Beas de Segura (Jaén), para constituirse en nuevo e independiente municipio, que culminó en el Decreto 469/1994, de 13 de diciembre, por el que se aprueba dicha segregación, en ejecución de la Sentencia dictada el 5 de abril de 1993 por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Un día antes a su publicación (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 16, de 28.1.95), se tiene conocimiento del Auto dictado por la Sala citada de fecha 27 de enero de 1995, por el que se requiere al Consejo de Gobierno de esta Comunidad Autónoma para que se abstenga de llevar a cabo acto de ejecución alguno de la Sentencia recaída en el recurso 176/91, hasta que la misma lo acuerde.
Dicho requerimiento trae su fundamento en el Auto anterior de fecha 25 de enero de 1994, del que se ha tenido noticia por esta Consejería con posterioridad a la aprobación del citado Decreto, por el que se denegaba la petición de ejecución forzosa instada por la Comisión Promotora de Arroyo del Ojanco de la Sentencia mencionada, al estar pendiente de resolución el recurso de queja planteado ante la Sala competente del Tribunal Supremo, interpuesto por la representación del Ayuntamiento de Beas de Segura, por denegación en su día de la admisión del recurso de casación presentado, contra la Sentencia que acordó la segregación. Habida cuenta de que tanto la aprobación del Decreto como su posterior publicación en el BOJA se produjeron como consecuencia del desconocimiento del Auto de 24 de enero de 1994, en uso de las facultades atribuidas en el artículo 5 del Decreto 469/1994, de 13 de diciembre, por el que se faculta a la Consejería de Gobernación para la interpretación, desarrollo y ejecución del mencionado Decreto, y de conformidad con lo establecido en el artículo
44.4 de la Ley 6/1983, de 25 de julio, del Gobierno y la Administración de la Comunidad Autónoma, he tenido a bien disponer lo siguiente:
Artículo 1. Se supende la ejecución del Decreto 469/1994, de 13 de diciembre, por el que se aprueba la segregación del núcleo de población de Arroyo del Ojanco, perteneciente al Municipio de Beas de Segura (Jaén), para su constitución en nuevo e independiente municipio, en ejecución de la Sentencia dictada el 5 de abril de 1993 por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en cumplimiento de lo determinado por la Sala de lo Contencioso Administrativo en Granada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, mediante Auto dictado el 27 de enero de 1995, por el que se insta que se abstenga de llevar a cabo acto de ejecución alguno de la Sentencia recaída en el recurso
176/91, hasta que la Sala lo acuerde.
Artículo 2. Se suspende la vigencia de la Orden de 11 de mayo de 1993, dictada para dar cumplimiento a la Sentencia de 5 de abril de 1993, en atención al Auto emitido por la Sala de lo Contencioso Administrativo de 27 de enero de 1995, hasta tanto adquiera firmeza la expresada Sentencia.
Artículo 3. Póngase esta Orden en conocimiento inmediato del Consejo de Gobierno, para su ratificación.
Sevilla, 2 de febrero de 1995
CARMEN HERMOSIN BONO
Consejera de Gobernación


miércoles, 10 de abril de 2013

LOS SONES DEL CAMPO EN NAVIDAD





Es Navidad cuando más actividad hay en nuestros campos. Es la época de recolección.

Las calles en esta época están llenas de aceituneros a la hora de dar de mano. El ajetreo de gentes acudiendo a las tiendas para comprar las provisiones para el día siguiente, no para.

Colas en la entrada del estanco para hacer acopio del tabaco que le sirva para afrentar un duro día de trabajo, o para meter dinero a la tarjeta del móvil.

En las puertas de las librerías en busca de que la fortuna le sea propicia y les ayude a llevar una vida más placentera.

Corrillos, en fin, de gente delante de los establecimientos comentando las incidencias que ha dado el día en el campo, nuestro campo.

Colas inmensas para llevar la aceituna recogida a la cooperativa. Muchos tardan más horas en la espera de su turno para pesar, que las horas echadas de jornal.

Pero este año las cosas no son así. Cualquiera que pasee por el campo no oye los sones típicos de esta época. Aunque sea el molesto y monótono sonido zumbón de las máquinas recogedoras de aceitunas: vareadoras y la ruidosa sopladora. Y menos los alegres sones de años atrás. Ni los cánticos de los pájaros, en los días casi primaverales que nos acompañan desde que empezó la recolección de esta campaña aceitunera, se oyen resonar entre los olivares.

Andando por los caminos de nuestro pueblo te invade la melancolía. Nuestra alma se contagia con la tristeza que emana del campo, de nuestro campo estéril. Estéril de fruto que hace que las personas que viven de él, aunque acostumbrados a sus vaivenes, vean un panorama desilusionado para un futuro muy próximo e incierto.

Como iba diciendo en mi andar por esos caminos me hace pensar en los sones que otrora surgieran de los ingentes olivares que nos rodean.

Aquellos sones, relativamente muy cercanos en el tiempo, se oían y se oyeron en centurias y milenios en estas tierras engendradoras de aceite.

Me vienen a la cabeza los cánticos que le decían a las cuadrillas de aceituneros cuando volvían de los tajos de regreso a sus casas, los chiquillos, los más pequeños porque los más espigados eran miembros integrantes de esas cuadrillas: “Aceituneros del pío, pío, cuanta aceituna habéis recogido; fanega y media y el culo frío”.

Cuadrillas de aceituneros que con las primeras luces de la mañana se iban formando, mientras caminaban hacía su tajo, por las distintas calles de nuestro pueblo. Y a la vez que se formaban y se agrupaban en grupos más heterogéneos, se deshacían para quedarse, al final, aquellos del mismo tajo.

En ese devenir mañanero por los caminos que salían de los cuatro puntos cardinales, unos hacía los Álamos, el Acemilero, el Lorente etc., otros en dirección contraria: Las Ventillas y el inmenso cerro olivarero del Portazgo con sus infinitas veredas que iban surgiendo de la orilla derecha de la carretera: Malancao, Don Tristan, Los Chatos, Los Arreciantes, el cortijo de Ojeda, el de la Tía Clara o de mi abuelo, los Pateras, el de Molina y en el confín del termino, Los Manolones. El tercero por la carretera de Fuentebuena, abriéndose en dos uno hacia Cañarada y otro hacia las Arroturas atravesando o saliendo ramales que como una tela de araña unía las aldeas cercanas a estas grandes vías locales con los pequeños cortijos dispersos entre ellas: desde los Galindillos por un lado y la Zarza por el otro.

Todo era a pie. Los caminos embarrados que por la mañana estaban duros por el hielo de la noche, a veces hacían perder a más de un aceitunero el ligero zapato, alpargata encintada, al meter el pie en la huella de las bestias de carga. Por la tarde, a la vuelta, estas huellas estaban llenas de agua por el deshielo y hacían resbalar a algún descuidado que metiera el pie en ellas.

Los sonidos del campo era el bullicio de contarse las experiencias vividas, y como no hablar del tiempo de unos tajos a otros en el trayecto de camino compartido, hasta que alrededor de una lumbre se arremolinaban los trabajadores esperando la voz que dijese al tajo o a engancharse.
Preparándose para empezar la jornada


La conversación entre los compañeros de trabajo no cesaba mientras las mujeres se apañaban los refajos, se calentaban los pies y se ponían la protección de sus dedos, los cascabitos, sentadas sobre sus espuertas, que era como aislante del suelo.

Y los hombres calentaban sus varas después de haber colgado las meriendas que en sus varjas transportaban enganchadas en ellas desde su casa por caminos y veredas. Se aligeraban de ropa colocando cerca de la pila de la aceituna su pesadas pellizas con sus petacas de tabaco verde o de cardo gallina colocadas en ellas, se volvían liando el último cigarro antes de empezar el trabajo. Y los niños se quitaban las chaquetas de sus padres, cuyas mangas arrastraban por el suelo y que le servían de chaquetones para dejarlas en el mismo sitio que ellos.

Algunos aprovechaban este rato para desayunar con una torta de manteca o algún bollo de aceite y no faltando casi ningún día hacerse un bocadillo rudimentario con un chorizo o un trozo de tocino asado en esa lumbre.

Entonces, todavía bien abrigados, esto de bien abrigados habría que verlo comparado con hoy día. Entonces como decía abrigados o más bien forrados con mucha ropa, que no es lo mismo, se empezaba el trabajo.

Las mujeres cogían su espuerta y sin protección en las manos ni rodilleras en las rodillas se iban derechas a las olivas formando grupos de cuatro o cinco, si el tajo era lo suficientemente grande, con aquellas que le eran más propicias o se llevaban mejor que con otras. Algunas llevaban la picardía de ponerse en el sitio donde hubiese más aceitunas amontonadas y dejando los salteos para las más jóvenes o las últimas que llegaban a las oliva o buscar la parte más soleada para pasar menos frío por la mañana y por la tarde la más sombreada para evitar la modorra del sol después de comer.

Ahí empezaba otro sonido en el campo el cuchicheo entre las mujeres del mismo grupo, normalmente bajo, y a voces más altas dependiendo la comunicación con los grupos cercanos o más alejados del tajo. Así como metiéndose o provocando bromas, a los caminantes que pasaban cercanos o cuando se acercaban a tajos colindantes.

Los hombres tendían los minúsculos mantones de lona, hoy se les llamaría bufandas que se usan para tapar entre los troncos en las olivas de varios pies. En estos mantones había que tener cuidado al pisarlos de que no hubiesen aceitunas donde poníamos los pies para no mancharlos, no se arrastraban nunca, se llevaban en vilo.

Y entonces empezaba ese sonido que cada vez se oye menos en nuestro campo, y este año menos. La vara chocando contra las ramas o las hojas del árbol: el tac-tac o zas- zas y silbido de la vara con las hojas de las faldas o el entre chocar de esta entre las ramajes de los senos de la oliva.

Cuando el frío hacía mella, estos días eran los más fríos casi siempre, las mujeres acudían por lo general a calentarse las manos a la lumbre del tajo. Dependiendo de la voluntad del manijero o del encargado estaban más o menos tiempo calentándose. Había algunos de estos personajes que no les gustaban encender lumbres para que las mujeres no perdieran tiempo. Pero para coger las aceitunas una a una las manos no podían estar heladas, con ellas así si cogías una y se te caían dos.

El cuchicheo de los chismes era un sonido peculiar en los tajos grandes. Algunos hombres rompían la monótona sinfonía de la vara arrancándose con algún cante típico de la tierra. Mas tarde se llenaría el aíre con el sonido del algún transistor o de algún tocadiscos portátil

La paz y la armonía dentro del tajo se rompía, a veces, cuando alguien que tenía mucha picardía y pocas ganas de trabajar, aceleraba o hacía a los compañero de grupo hacerlo, para llegar los primeros para coger el hilo nuevo que al parecer era mas fácil. O retenerse para que otros cogieran primero el hilo, que por supuesto era el de olivas con más briega. Esto de la picardía lo hacían la mayoría de las veces las personas mayores, haciendo que los más jóvenes hiciesen ese trabajo extra para terminar el primero el hilo animándoles y jaleándoles el esfuerzo o echándoles el freno de mano para ralentizar.

Si las mujeres, en su recogida, se acercaban mucho a los hombres, estos al limpiar los mantones, en las pavas dejaban más aceitunas de la cuenta para que se entretuvieran más al espulgarlas. Por el contrario, cuando las distancias eran más largas entre ellos, los hombres se entretenían mas en la limpia de los mantones y en las pavas apenas había menos aceitunas. Y así ante el manijero o el encargado se hacía notar menos los rendimientos de unos y otros.

Los más jóvenes, a veces los niños, eran los encargados de trabajar al lado de la criba, quitando las hojas o pequeños tallos que se colaban en el esportón de la aceituna limpia. Un hombre mayor era el encargado de cribar o echar la aceituna por el harnero y de llenar los sacos con la limpia mientras que el joven o la joven lo abrían.

Los aguadores o encargados de traer y suministrar el agua eran también los más jóvenes. En los tiempos que apenas se usaban el plástico, el agua se traía en cántaros de las fuentes o pozos cercanos al lugar de trabajo. La picaresca de algunos de ellos hacían coincidir este aprovisionamiento con la hora del recreo de la escuela para jugar un rato con sus compañeros que estaban en ella. Esto no lo podían hacer todo el mundo, los que más eran lo de la finca de la Donosa.

Llegada la hora de comer, muchos días se pactaba según el tiempo que hacía la duración de la comida, casi siempre 45 minutos. Por parentesco y o amistad se aproximaban cerca de la lumbre para compartir merienda, que calentaban o asaban en ella.
Almuerzo en el tajo

Al la voz de “aire de levante”, empezaba otra vez el trabajo, si hacía un buen día de sol con alguna modorra y sobre todo aquellos que abusaban del néctar de los dioses durante la comida.

Los jóvenes de apariencia más fuerte ayudaban a cargar los sacos limpios de aceituna para llevarlos con bestias al lugar donde pudiese entrar algún medio de transporte y cuando estuviese lista toda la carga que pudiese ser llevada acudían dos o tres de estos jóvenes a cargarla en el camión o tractor.

Y donde no tuviesen estos medios de transporte, la aceituna era acarreada por reatas de burros de arrieros profesionales o de mulos acompañados de sus respectivos muleros. Los caminos tenían una animación, que hoy en día sería inimaginable: el canto de los arrieros y las voces para espolear a las bestias

Las bromas y los chascarrillos alegraban el duro trabajo, que algunas tardes se hacían interminables a la espera que te dijesen: a doblar los mantones. Las mujeres estaban atentas a esta maniobra para vaciar sus espuertas llevándolas a la criba e ir quitándose sus protectores de los dedos, los cascabitos, dediles hechos con bellotas las y sayas para meterlas en ellas y traerlas de regreso a su casa.

El manijero o el encargado se llevaba o escondía la criba y entonces quemaba los tallos y hojas de la limpia de la aceituna, así como de las pavas resultantes de la limpia de los mantones. Columnas de humo se aterraban, las mayoría de los días, camino o en busca del río al encuentro del agua. El olor a humo y grasa del aceite inundaba el ambiente.

Entonces empezaba el camino de vuelta desandando lo de la mañana y volviéndose a agrupar los diferentes tajos o cuadrillas dispersas a las entradas del pueblo. Entrada algunas veces con aire triunfal con las varas al hombro como alabarderos después de una batalla ganada otros rendidos por el duro esfuerzo del día como derrotados en el combate. Y el canto de los más pequeños los recibían al entrar en contacto con nuestro pueblo: “aceituneros del pío pío cuanta aceituna…..”

Bullicio y algarabía en los campos y caminos nuestros.

Había entonces entre los jóvenes y las jóvenes de cada casa una carrera para ver quién antes se podía lavar y arreglar, si era día de fiesta, para salir. Había bailes en todas partes, con músicos ambulantes, una guitarra o un acordeón.

Los hombres se arreglaban, o no, para comprar tabaco e ir al bar. Las madres, que parecían no cansarse, seguían trabajando en la casa para tenerlo todo limpio, lavar la ropa y limpiar la casa y dispuesto, la comida de la cena y la merienda para otro día de trabajo.

El bullicio iba del campo a las calles de nuestro tiempo, y el olor de la molienda del aceite inundaba todo el pueblo.

Todos estos sones fueron cambiando poco a poco en los años 70, lo mismo que la transición política. Primero cambiaron ir al trabajo andando y después hasta los 90, el uso cada vez más ruidoso de las máquinas actuales: vibradoras y sopladoras pasando por los silenciosos rodillos recogedores y cepillos para barrer. Así se fue apagando la voz y el murmullo humano y se apoderó el zumbido ruidoso de las máquinas.

Pero este año ni esto último ni la olor de la molienda se nota en el ambiente de nuestro pueblo.





NOTA: PUBLICADO EN LA RADIO MUNICIPAL ESTAS NAVIDADES EL 2-1-2012







martes, 2 de abril de 2013

CRONICAS SANMARQUERAS: : UN CIGARRO, UN HOMBRE, UN SOGUERO….

Antonio Serrano

En estos últimos años, cada vez que  estaba viendo el concurso de novilladas de promoción del Canal Sur, me venía a la cabeza y sobre todo cuando nombraban a la ganadería de Apolinar Soriano, que tenía que hablar o escribir para San Marcos de Antonio Serrano. Mejor dicho de Antonio de la Elisa, el tío Antonio Serrano, papa Ñoño como le decían sus hijos, nietos y también los bisnietos.

Este gran sanmarquero que nació el 16 de enero, víspera de San Antón, de 1903 y murió el 13 de agosto de 1988, fue la referencia para muchos organizadores de San Marcos para buscar y elegir toros cuando no existía la Hermandad. Era el atador o maestro de sogueros con más prestigio de su tiempo. Era el Paco Piña de los años 40, 50, 60 y hasta finales de los 70. Paco se considera como su más digno sucesor en las tareas de la briega de conocedor de toros y de sogueros.

El tío Antonio era un hombre, bajo, menudo, fuerte y robusto. Con su gorra de visera y a veces sombrero. Con su cigarro siempre en los labios. Cigarro liado, a veces verde, a veces de cuarterones y de caldo gallina. En los últimos años de su vida de finos cigarros puros. Esos cigarros que nunca se tragaba el humo como me decía cuando le recriminaba porque fumaba tanto. Y me decía: “Si soplo para afuera y no me trago el humo”

Aquel hombre, que no se si sería furtivo o no, pero muchos días, nos decía a los chiquillos que nos asomáramos a la carretera a ver si se veía a la Guardia Civil, mientras él espera frente a mi casa en la calle San Lorenzo. Decía esto porque a la hora de recogerse a dar de mano, venía con su escopeta de caza a cuestas, pero con el cañón para abajo, y con alguna libre o perdiz enganchada a su par de mulos. Si les dábamos novedades positivas, desmontaba la escopeta y la guardaba entre la carga que traía o la metía debajo de la albarda de los mulos.

Aquel hombre gran aficionado a los toros, no solo a los de San Marcos. Nos contaban cuando iba a las corridas de las grandes ferias de la provincia como las de Linares. Y sobretodo, en los años 60 y 70, la época de su torero predilecto, el Cordobés. Seguro que fue seguidor de muchos toreros como Manolete, pero en aquellos años su favorito era El Cordobés. Para cabrearlo le decía que su torero no valía un pimiento, que el mejor era Paco Camino y que toreros como José Luis Parada que una tarde televisada toreaba con el Cordobés le ganaban la partida.

Muchas tardes de esos años finales de los 60 y principios de los 70, cuando nos veía a los jóvenes sentados en los tubos del médico, hoy el Ayuntamiento, cruzaba la carretera, su casa esta enfrente, y nos contaba historias suyas. Historias de arreglos de carreteras, de acarreos de piedras y de aconsejar hasta ingenieros en los trazados de ellas. Pero lo que más le poníamos atención era cuando los hablaba de toros y sobre todo de San Marcos. Nos quedábamos sorprendidos cuando nos decía que se metía para elegir los toros en medios de la manada. Y es aquí cuando de una de las veces nos hablaba de la ganadería de Aponilar Soriano de La Carolina y de cómo había estando eligiendo unas vacas para San Marcos de esa manera. Tanto me impresionaron estas historietas, que cada vez que oigo hablar de esta ganadería, me acuerdo del tío Antonio.

Me acuerdo del San Marcos de 1960. Era el día 24 y aquel año no estaba en uno de los balcones de su casa, como era casi siempre. Me acuerdo muy bien del hombre que llevaba el soguero del aquel novillo- toro. Era el tío Antonio y lo llevaba el solo. No se me olvida aquel lance porque iba a su lado mi abuelo en lo que sería su último San Marcos. De la tarde de llorar que me di cuando vi pasar a mi abuelo por delante de su casa, en la que estaba yo en uno de sus balcones, tan cerca del toro. Y del toro que iba por medio de la carretera y enfrente del Ayuntamiento le dio un estirón del soguero y este fue resbalándose sobre sus cuartos traseros y con la cabeza levantada unos cuantos metros.

Otros de aquellos años 60, lo veía con alguna vaca aproximarse a su casa e intentar asustar a los que allí se refugiaban haciendo intentos de meter la vaca en el portal, con el consiguiente enfado de su mujer Luisa. Esta casa siempre estaba llena de gente y los balcones sobre todo llenos de chiquillos que acampaban a sus anchas por los dos pisos superiores. Algunos de los cortijos no salían de allí en todo el día comiéndose su merienda o los típicos hornazos en ella.

Otros años más tarde, sobre el 67 o 68, me vienen a la memoria. No sé cual de los dos anteriores, las vacas las trajeron el día 24 por la mañana. La mayoría de los hombres del pueblo estaban trabajando en el Pantano, como era habitual entonces, y hasta que no dieran de mano por la tarde no se sacarían. Pero aquella mañana ocurrió que el tío Antonio y algunos estudiantes y algún que otro joven parado ese día, sacaron las vacas del camión. Por supuesto iban atadas por el tío Antonio, y se quedaron sueltas en el patio de la cooperativa. Cuando por la tarde llegaron los hombres del Pantano se encontraron un enredo descomunal de cuerdas. Se les fue la mayor parte de la tarde en desliar el enredo para poder llevarse las vacas a otra parte del pueblo para encerrarlas como era costumbre en aquellas fechas.

Una de las últimas veces que lo vi agarrado a un soguero fue el año 70 ó 71, el desencajonamiento era ya el Campo de Fútbol, Plaza de San Marcos. Era el día 25 por la mañana y la vaca que llevaba él salió detrás de un joven que trabaja en el pantano, este era de Jódar. La vaca lo cogió en la cuestecilla de la plaza que va hacia la calle de los Mártires y a la de Pío XII, pero al caer casi en cámara lenta al suelo, la vaca no lo remató, pues quedó a unos centímetros del joven sujeta por las manos firmes y expertas del tío Antonio. Por cierto el torerillo se meó en los pantalones y el cabreo por esto fue mayor que el hecho de la cogida de la vaca.

Aquí cumplió su norma “que para llevar bien a un toro, debía dejarlo llegar lo más posible al torero hasta derribarlo, pero no dejar que rematase la res”

Cuando ya había cumplido los 80 años, un día hablando de San Marcos, le pregunté desde cuando se hacía San Marcos aquí en el Arroyo. Me contestó: “desde siempre pues cuando nací ya había San Marcos”. Esto me sirvió para algún escrito sobre la antigüedad de la fiesta decir que a finales del siglo XIX, ya se hacía San Marcos en Arroyo.

Este gran sanmarquero y aficionado a la fiesta, de los cinco hijos que tuvo, dos de los tres varones salieron muy toreros. De menor, Emiliano, me acuerdo de un San Marcos de finales de los 50. Estaban con una vaca en la calle de la Iglesia, PíoXII, en lo que hoy es el salón parroquial y la casa del cura que entonces no existían. Desde la casa de mi abuelos oía los olés, que le daban a Emiliano que estaba toreando con una manta y luego lo sacaron a hombros hasta la carretera. Y al otro el mayor, Tomás, de sus faenas en las fiestas del Pantano en las improvisadas plazas que hacían todos los primeros de Mayo, sobre todo en el año que la hicieron en los cimientos del muro de la presa.

Pero ninguno fue tan gran sanmarquero como su padre a pesar de la gran afición que este le inculcó.

Muchas personas podrían contar más historias y anécdotas de este personaje. Pero con este breve recordatorio quiero que sirva de homenaje a aquellos que como el tío Antonio Serrano, papa Ñoño, hicieron posible hacer San Marcos con pocos medios económicos en esos años tan difíciles en todos los sentidos que les tocó vivir.





ANDRÉS MARÍN SÁNCHEZ. 2013

jueves, 13 de diciembre de 2012

INFORME SOBRE LA EXCAVACIÓN DE LOS BAÑOS


Ubicación de Los Baños

 Se ha hablado y se seguirá hablando de Los Baños. Ojala por mucho tiempo hasta que se esclarezca lo que tuvo de cierto como raíz y origen de nuestro pueblo.

En las excavaciones de urgencia hechas en 1985 en la villa romana de los Baños por los arqueólogos Francisca Hornos Mata, Marcelo Castro López y José María Crespo García, elaboraron un breve documento sobre el trabajo realizado en los Baños.

Hablan en la introducción de las causas y valoración de la intervención de urgencia. La localización. Características medioambientales. La descripción arqueológica.

De la excavación arqueológica. El planteamiento inicial. Cortes de la excavación: 1, 2, 3 Y 4. Estratigrafía.

En las conclusiones preliminares de la continuidad y cambios en las estructuras constructivas de la villa. Y por último, la villa de Los Baños en el contexto de los asentamientos rurales durante el Imperio en el Alto Guadalquivir.

Cortijo de Los Baños

De las causas y su localización todo el mundo está más o menos puesto en el tema: la aparición de restos a causa de las labores agrícolas, cosa que no era reciente y su localización en el cortijo del mismo nombre que está enfrente de Las Motas, los Guijalbas al otro lado del arroyo y cerca del cortijo del Carrascal.

El objetivo era delimitar el área de aparición y de diagnosticar el interés de los mismos para actuar consecuentemente en la protección de estos restos. Consiguieron los arqueólogos tres apartados:

- Documentación sobre la secuencia estratigráfica de la villa romana

- La documentación precisa planimetría y gráfica para actuar en la protección de sus estructuras (muros, mosaicos, estanque, etc.)

- Y se optó por la cubrición de las estructuras de forma temporal en tanto no se arbitraran los medios idóneos para su protección

En el apartado de las características medioambientales se dice, entre otras cosas, que el yacimiento se encuentra sobre la terraza de la margen izquierda del arroyo del Ojanco, a trescientos metros del mismo y a una altitud relativa de 40 m. con respeto al cauce actual del arroyo. Se habla de las características del arroyo y que el nivel de sus aguas no ha afectado en tiempos recientes el emplazamiento del yacimiento.

El sustrato rocoso de la zona es un conglomerado, reconocido como Triásico de Buntsamdstein. Presenta las características propias de la “terra rossa” mediterránea, incluyéndose en la “tierra rossa del Condado”.

Se habla de los manantiales que hay en los alrededores del yacimiento y que algunos fueron canalizados al mismo cortijo hasta hace pocos años, conservándose la red de acequias utilizadas para este fin.

Los recursos básicos se derivan de la potencialidad agrícola de los suelos, incrementada con la posibilidad de regar una parte de ellos.

Por último desde el punto ecológico, el yacimiento se encuentra en una zona de contacto entre el valle del Guadalimar y la Sierra de Segura, aunque el primero tenga una mayor importancia en el entorno inmediato del yacimiento

En la descripción arqueológica se dice que la dispersión de los materiales en superficie ocupa una extensión. máxima de cinco hectáreas y se observa una concentración importante de un radio de 75 metros alrededor del cortijo. La dispersión máxima corresponde al arrastre de materiales ladera abajo, pero también a instalaciones secundarias entorno al centro del yacimiento, que debió corresponder con el emplazamiento del actual cortijo.

Resulta significativo que la dispersión de materiales en superficie no presenta una distribución uniforme, sino que observa concentraciones máximas y espacios intermedios sin restos arqueológicos, Esta hipótesis parece confirmada por otra observación : los materiales que denotan un carácter residencial , como estucos teselas, terra sigilata, se localizan en la mencionada áreas de cinco o seis mil metros alrededor del cortijo, mientras que fuera de este núcleo se aprecia la presencia de tejas, ladrillos, tegulae, cerámica comunes y cocina.


Representación de la villa de Los Baños

Varias lajas de piedra caliza se encuentran a 60 metros al sur del cortijo, sacadas a la superficie por el arado, según los trabajadores de la finca, asociadas a restos humanos (con una moneda entre los dientes). Descripción que parece pertenecer a una necrópolis asociada al asentamiento, sin poder avanzar por el momento una información más precisa.

Una construcción de cuatro metros de ancho por seis de largo con una profundidad en su interior de más de tres metros, aparentemente sin ningún vano, construida con sillares perfectamente tallados y cubiertos de estuco rojo en algunos puntos, se encuentra en uno de los patios del cortijo, reutilizada como almacén de leña.

La fachada del cortijo se levanta sobre un muro de mortero que corresponde al lado N de una construcción cuadrada de 40X40 metros de lado, cuyo interior mantiene un desnivel de 1,5 metros con respecto a la superficie del terreno circundante. Esta depresión abierta frente a las construcciones contemporáneas, fue plantada de olivas recientemente y, hasta ese momento, se vino utilizando como huerta

Al O de esta construcción, donde se encuentran las eras del cortijo, aparecen restos muy deteriorados de una estructura circular, realizada con sillares de arenisca apenas desvastados, con un diámetro de dos metros y en su interior rellenas de piedras y argamasa.

También se recogieron cerámicas comunes deformadas como consecuencia de una cocción defectuosa, lo que sugiere la presencia de un horno de alfarero dentro o en las proximidades del asentamiento.

A partir de los materiales recogidos en la superficie del yacimiento se podía avanzar que la ocupación del mismo estaría comprendida entre siglo I y IV con aparente interrupción durante el siglo III.

Por último, aparecen cerámicas a mano y útiles de piedra pulimentada en la parte más oriental del yacimiento que, por no encontrar formas especialmente significativas, hemos de adscribir a una ocupación del lugar durante el Calcolítico-Bronce Antiguo. Esta fase cultural no se va a encontrar documentada en el área escavada.

Las características relacionadas nos llevan a catalogar el yacimiento arqueológico como una villa romana. La intervación arqueológica permitirá fijar con mayor precisión su cronología y cacterísticas más sobresalientes

Llegamos al apartado de l excavación. El objetivo general se dice que consistía en valorar la riqueza arqueológica de un área de 700 metros cuadrados al este del cortijo y de un muro de mortero. Por esta razón se platea un eje estratigráfico que corta en distintos puntos esta área.

Este objetivo general se concreta en los siguientes puntos: fijar la cronología del asentamiento, las distintas remodelaciones del mismo y el estado de conservación de las construcciones de cada fase, así como una aproximación desde un punto de vista cualitativo al carácter funcional que presenta cada una de las etapas de su ocupación.

Cuando se iniciaron los primeros trabajos para la plantación del olivar, aparecieron en distintos punto pavimentos de mosaicos, casi en la superficie, bajo una capa de tierra de labor de un grosor medio de 15-20 centímetros. Esta circunstancia les llevó a asumir como un objetivo prioritario de la excavación, la documentación de estos pavimentos por el mayor deterioro que podrían sufrir de continuar las labores agrícolas

Mosaico de los pájaros

Se plantearon cuatro cortes en el eje de excavación, separados uno de otro por una distancia de 10 metros que fueron numerados de S a N. los cortes 1,3 y 4 fueron de 3x5 metros, coincidiendo el lado mayor con el eje, y el corte 2 de 3x10 metros puesto que coincidía con varios sitios donde se había detectado la presencia de mosaicos en los primeros trabajos agrícolas.

En el informe se explica el trabajo realizado en cada corte.

La estratigrafía nos habla que en el corte 2 se ha encontrado la secuencia más completa de la villa. Aquí se encontraron hasta 13 estratos:

El estrato 1 corresponde con la capa de tierra removida por el arado, con la presencia de materiales antiguos y contemporáneos mezclados, por un color ocre rojizo, con abundancia de humus y restos orgánicos, y poco compacto.

El estrato 2 es el primer nivel propiamente arqueológico, esta compuesto por los mosaicos, en general los pavimentos asociados a estos, así como los niveles de colmatación de los mismos (estucos, ladrillos, tejas,..). Resulta notable la ausencia de cerámica de cualquier tipo en estos estratos

El estrato 3 estructuralmente se encuentra ligado a los anteriores, aunque por su posición relativa los proceda en el tiempo. Son una serie de acumulaciones que debieron servir para la nivelación de la superficie del terreno antes de la construcción de los mosaicos.

El estrato 4, es una capa muy fina de color verde, tal vez utilizada como aislante de la humedad.

El estrato 5, es una capa de tierra de un color ocre oscuro depositada sobre un pavimento de grava y cal apisonadas (estrato 6)

El estrato 7, es una tierra arcillosa de color oscuro que colmata una construcción de ladrillo rectangular.

El estrato 8, es la “terra rossa”, el suelo natural de la zona fosilizado en este punto por los niveles arqueológicos, su superficie es el único pavimento que existe en el primer momento de la ocupación de la villa.

El estrato 9, es el conglomerado que constituye la base geológica del lugar, de aquí parten todas las construcciones.

El estrato 10, es la fosa de construcción de un gran estanque (este es el estrato 13) de 40x40 metros construido con mortero y que cronológicamente se corresponde con la etapa final de la villa, paralelo a los mosaicos.

El estrato 12, es una capa de tejas y humus que aparece en el interior del estanque, siendo equivalente por su posición a los niveles de colmatación del estrato 2.

En las conclusiones preliminares nos vamos a fijar en la continuidad y cambio en las estructuras constructivas de la villa.

La secuencia detectada en el corte 2 permite afirmar que la villa de los Baños fue ocupada ininterrumpidamente desde la segunda mitad del siglo I después de Cristo hasta el siglo IV, si bien el momento de su abandono ha sido fechado a partir de los materiales procedentes de la superficie. Las cerámicas recogidas en la prospección superficial, por el contrario, parecen entrar en contradicción con la anterior afirmación, dada la ausencia entre estas de las primeras producciones de “tierra sigilata clara”. Ahora bien, esta objeción a la hipótesis de una ocupación continuada de la villa resulta poco convincente si se considera la distribución que estas cerámicas tienen en el Alto Guadalquivir, según hoy empezamos a ver por recientes trabajos de prospección superficial. La terra sigilata clara temprana aparece excepcionalmente en los asentamientos romanos hasta ahora prospectados, de forma si de este hecho se quiere extraer la conclusión del abandono de aquellos lugares donde no se han recogido estos elemento cerámicos, tendríamos que reconocer una despoblación real de la mayor parte de los asentamientos rurales y de muchos núcleos urbanos en los siglos II y III, y esto difícilmente se puede sostener desde un punto de vista histórico.

En cuanto a las remodelaciones de las estructuras constructivas de la villa, la intervención ha puesto de manifiesto la superposición de tres fases:

- “Los Baños I” se corresponde con los niveles arqueológicos asociados a la construcción de ladrillo, fechándose el momento fundacional de la villa.

- “los Baños II está representada por un pavimento de cal y grava apisonadas que superponen al nivel de colmatación de la fase anterior. Se incluye en este momento un muro contenido en el perfil N, muy deteriorado por las fosas de cimentación de las fases posteriores.

- “Los Baños III” destaca por el buen estado de conservación de las construcciones, siendo la fase de mayor presencia en la excavación. Esta fase significa una clara afirmación del carácter residencial de la villa en la parte excavada. Estas os muestran la existencia de un amplio espacio longitudinal, continuo orientado en dirección N-S, que hacia el O bordea un gran estanque y hacia el E da paso a distintas habitaciones. Las pavimentaciones son de mosaicos, que observan un deterioro progresivo conforme se avanza hacia el N, según decrece el espesor del suelo de labor que lo protege.

La fechación de estos niveles ha de depender de estudio estilístico del mosaico excavado, ya que las colmataciones creadas por la destrucción de la villa no ha ofrecido en el área excavada ningún elemento significativo desde el punto de vista cronológico. Una aparente desocupación precede al arrasamiento de las construcciones

Más o menos en si nos viene a decir el informe que presentaron los arqueólogos al principio mencionados: “la ocupación del mismo estaría comprendida entre siglo I y IV con aparente interrupción durante el siglo III”. Y otra al final del informe: “el desarrollo durante los siglos II y III de un rápido proceso de desintegración de las pequeñas y medianas explotaciones y a la consolidación a finales del siglo III y en el IV de la “gran villa bajoimperial””

Tengo que hacer una aclaración mía la datación de la villa sobre las conclusiones de expediente de los arqueólogos. En siglo II después de Cristo parece ser que entre los años 138-180, el sur de Hispania sufre incursiones de moros del norte de África que afectaron a esta zona, quizá llegaran aquí sobre el 166. Y en 188 Muchos esclavos y campesinos empobrecidos se unieron a Materno en su rebelión. El Campo de Montiel, zona que pertenecía estas tierras durante muchos años, se despuebla en parte y ya no era tan seguro, pues algunos "bandidos" se refugiaron en Sierra Morena.

En el siglo III, en el año 278. Destrucción de villas y establecimientos comerciales de romanos ricos por los campesinos. De esta época son muchas de las huellas de incendios y destrucciones de las haciendas romanas. Es la revuelta campesina y no otra invasión de francos y alemanes la causante de los destrozos, según L. Vigil

Lápida encontrada en Los Baños por Tomás Román Pulido que debería estar en el Museo Provincial
  Al arqueólogo Marcelo Castro le pregunté por la lápida que según Tomas Román Pulido debería estar en el Museo Provincial donada por él según decía en 1923 en la revista D. Lope de Sosa. Me dijo que él no tenía constancia que estuviese allí