SAN FRANCISCO DE ASÍS (3ª PARTE)
Nos quedamos en las fiestas del año
pasado por el año 1210, cuando Francisco predica en su ciudad, Asís, en la Iglesia de San Rufino.
Acabábamos diciendo que ya era profeta en su tierra.
ASÍS |
A comienzos del 1210, visita Asís el
emperador Otón IV. El obispo de Asís le
pregunta a Francisco si quiere o está interesado ser presentado al emperador.
La repuesta fue que el boato terrenal no le interesa y que había olvidado los tiempos en
que soñaba ser caballero.
Francisco ya tiene un confesor y
secretario propio, el hermano Leo, como le corresponde al fundador de una
futura orden.
Cuando la gente hablaba de Asís, piensa ya en él. Francisco y los
suyos comían de lo que conseguían mendigar ese mismo día. Ayunaban los miércoles
y los viernes. Comían la carne que roían de los huesos. Los dulces, que le
gustaba muchísimo a Francisco, les echaba agua a las sobras mendigadas o los
aderezaba con cenizas. No dejaban de comer, excepto durante la Semana Santa , el día
de la muerte del Señor.
Para luchar contra las tentaciones recomendaba
siempre tres remedios: primero la oración, el segundo, la obediencia, con que
uno se habitúa a cumplir la voluntad ajena, y tercero la alegría en el Señor
que ahuyenta siempre todos los pensamientos sombríos y perversos.
Cuando los exhortaba a luchar contra las
tentaciones, a las palabras añadía la obra, arrojándose en el agua helada de un
torrente en lo más crudo del invierno, para aniquilar el deseo de bienestar.
Cierta noche, según se relata en el Espejo de la
Perfección, uno de los hermanos despertó a los compañeros diciendo: “Me muero,
me muero”. Una vez todos despiertos, les dijo Francisco: “Levantémonos y
encendamos la lámpara”. Hecho esto, pregunto quien había gritado que se moría.
Uno de ellos respondió: “Soy yo”. Francisco le preguntó:”¿Pero que te pasa
querido hermano, que hablabas de morir?”. “Me muero de hambre”, contestó el
aludido. Francisco hizo que se preparase la mesa y ordenó al hermano que se
sentase a comer, dándole el mismo ejemplo y ordenando a los demás hermanos que
hicieran otro tanto para evitar al pobre la vergüenza de tener que comer solo.
Un día, Pedro de Catania propone que los nuevos
novicios no
dieran todos sus bienes a los pobres, sino que reservasen parte de ellos para
las necesidades de la Orden ,
que se hacía cada día más numerosa, se le opuso tenazmente Francisco “por
ser tal medida contraria a la
Regla ”.
Consultado por el vicario sobre como alimentaría a tantos hermanos
que ingresaban en la orden, le contestó: “Si no puedes atender de otro modo a los que
vienen, quita los atavíos y las variadas galas de la Virgen y véndelos. Créeme: la Virgen verá más a gusto
observando el Evangelio de su Hijo y despojado el altar, que adornado su altar
y despreciado su Hijo. El señor enviará quien restituya a la Madre lo que ella nos ha
prestado”.
Francisco no solo predicaba el amor: todo su ser estaba poseído por
ese aliento. ¡Francisco vivía de amor!
Por aquellos años se forma la cruzada contra los cátaros, al mando de
Simón de Monfort junto al archiabad Arnaldo de Citeaux, legado papal, arrasando
el condado de Tolosa. Tras la masacre de la ciudad de Berzier, Pedro II de
Aragón cruza los Pirineos para defender a sus súbditos contra los cruzados,
donde encontrará la muerte en la batalla de Muret en el 1213. Su cuñado
Ramón-Roger II, el famoso Parsifal o Perceval del mito del Santo Grial, murió envenenado
en la cárcel (1209).
Año 1212, se forma la cruzada infantil. Fue un movimiento incontrolado
de peregrinos jóvenes que fracasó estrepitosamente no consiguiendo sus
objetivos de llegar a Tierra Santa.
En este año Clara de Ofreduccio o de Scifi, Santa Clara, se encuentra
con Francisco para unirse a su orden. Esta y su prima Pacífica, abandona su
palacio y se presenta en Portiúncula. Allí le espera Francisco y sus hermanos.
Estas se quitan sus joyas, despojándose de sus adornos para siempre. Todos los
hermanos, menos Francisco, le cortan el cabello. Clara se retira y aparece
vestida con un hábito que sujeta con una cuerda. Todo el grupo se encamina
rezando al convento de mujeres de San Paolo de Bastia, donde las dos muchachas
se refugian de momento. Poco tiempo después se acogen la prima Pacífica y la
hermana menor de Clara, Catalina o Inés según otros, como hermanas menores de
la futura orden. Poco después se trasladan a San Damiano donde Clara será nombrada
abadesa, titulo que no aceptará hasta el 1215 por orden expresa de Francisco.
Mas tarde se une otra hermana, Beatriz y su madre Ortolana cuando muere su
marido
En otoño, Francisco parte para Tierra Santa acompañado de unos pocos
seguidores. Una tormenta arrastró a la pequeña nave contra las costas de
Dalmacia, cerca de la ciudad de Zara. De aquí regresan como polizones, no le
permitían llevar dinero, al punto de partida, la ciudad de Azcona. Avergonzado
del fracaso, se dedica a deambular por la región, siempre predicando.
En la primavera del 1213, Francisco convoca por primera vez una
asamblea de todos los hermanos para Pentecostés en Portiúncula. Vivían
repartidos por Umbría, Toscana, el Lacio y en las Marcas. Quiere este encuentro
para tener una visión general del movimiento que él había puesto en marcha y
que desde algún tiempo se le estaba escapando de las manos.
Mientras tanto seguía renovando más iglesias como la de San Gemini,
dedicada a la Virgen.
En el 1214, en la reunión de Pentecostés, Francisco anuncia que
partirá a Marruecos con Bernardo de Quintavalle. Otros hermanos lo harán a
Túnez. El viaje de Francisco no pasa de Santiago de Compostela, pues cae
enfermo y no puede seguir su viaje volviendo a Portiúncula cuando logró
recuperarse algo.
En el 1215 viaja a Roma acompañado de Pedro de Catania, Bernardo de
Quintavalle, su secretario y confesor Leo y Elia de Cortona, para presentar su
“regla”, que él la considera una simple orientación para llevar una “vita
fraternitatis”. El cardenal Ugolino de Segni, futuro Papa, propone a Francisco
que fusione su “fraternitatis” con la orden de los dominicos. Este rechaza la
propuesta. Cabreado sale de Roma y
empieza a predicar por los alrededores.
La “ fraternitas fatum minorum”, de Francisco, es la última asociación
de frailes mendicantes que se legaliza. Le pusieron como condición para ello,
que celebrara un capítulo como mínimo cada tres años. Francisco bromea y les
dice:
- Solemos reunirnos de todos
modos, todos los años para Pentecostés. Por mi, ¡podemos hacerlo también el día
de San Miguel y en Navidad!
Sin
embargo, el Papa, no puede decidirse aún a publicar la bula al respecto, pues
la regla que ha aportado Francisco, le parece difusa y la imagen con que se
presentan los franciscanos se le asemeja borrosa.
En el capitulo de Pentecostés del
1216, acude Santo Domingo de Guzmán. Francisco predica a unos 3000 hermanos que
se sientan sobre la hierba entorno suyo. Como una especie de milagro, se
presentan unos campesinos con mulos cargados ánforas de vino dulce y otros con
carros llenos de pan, judías cocidas y queso fresco envuelto en paños. Aparecen
ciudadanos ricos y caballeros, que arrastran cargas enteras de jamones
ahumados, ristras de salchichas y cestos de pastas y dulces. Estas gentes no
son solo de Asís, sino de todas partes, de Perugia, Foligno y Spoleto.
Santa María de los Ángeles de Asís |
Francisco se presenta ante el nuevo Papa
Honorio para pedirle el poder de conceder la absolución a cada uno de los que
visiten el día de la consagración de la iglesia de Santa María degli Angeli, de
quedar absueltos de todos sus pecados.
El Papa le pregunta:
- ¿Por cuánto años?
Y Francisco le
responde:
- “No quiero años, ¡quiero
almas, Santo Padre!
Y el Papa proclama: “Plenam
forum pecaminum venuam indulgensis”. Francisco da un salto, le besa los
pies al Santo padre y sale corriendo.
- Pájaro raro, ¡espera!¿No
quieres esperar al menos que te demos vuestra bula por escrito?-.dice el Papa.
- ¡Mi documento es la Santísima Virgen
y Cristo mi secretario!
.- le contesta Francisco.
De prisa los
secretarios redactan el documento, limitando la absolución concedida en el
sentido de que solo tenga vigencia desde el rezo de víspera hasta el rezo
vespertino del día siguiente a la consagración.
Satisfecho, regresan Asís y el día 2 de agosto se celebra la nueva
consagración de Portiúncula.
En el capítulo de Pentecostés del
1217, acude el cardenal Ugolino de Segni, el “protector” de Francisco. El
ambiente entre los hermanos estabas muy lejos de ser pacífico y unánime. Flotaban
ciertas tensiones que amenazaban con estallar. Se enfrenta con Elia de Cortona
y nombra vicario suyo a Pedro de Catania, mientras él esté predicando en
Francia.
En el capítulo de Pentecostés de
1219, acudieron unos 5000 hermanos. Es el considerado el “capítulo de las
esteras”. Francisco al terminar su predicación proclama que viajará a Tierra
Santa, pero no como peregrino, sino como misionero.
Mapa de Azcona |
El día de San Juan, Francisco embarca en Azcona. Una vez en Tierra
Santa se dirige al encuentro
del sultán egipcio El-Kamil. Una vez delante de él, entabla conversación e
intenta “salvar” al sultán, convirtiéndolo. Este le tiene compasión y le da
hospitalidad y pone a su servicio sus
médicos árabes para que le curen de una crisis febril.
Al despedirse rechaza los regalos que le ofrecen, pero acepta un
salvoconducto para visitar los Santo Lugares. Francisco y el
hermano que le acompaña, Iluminado, son conducidos con todos los honores hasta
las cercanías del campamento de los
cruzados. Y el sultán suspira:
-“Ciertamente debe de ser un hombre santo, pero ¿por qué ha de oler
tan mal?
En el 1220, al llegar malas noticias sobre la orden, vuelve a Italia
junto con Elia de Cortona,
Cesar de Spira y Pedro de Catania, entre otros. Francisco llega muy desmejorado
de Palestina. Tiene afectado el hígado, el estómago y los intestinos, causado
por los viajes por mar, el clima y los
alimentos de oriente. La luz deslumbrante y el agua salada le han provocado una
grave enfermedad ocular. Una vez en Portiúncula despide a los médicos y se
dedica a preparar un capítulo extraordinario para San Miguel, trabajando sin
cesar día y noches sin prestar atención a la inflamación de sus ojos.
También le llega la noticia de la muerte de los cinco primeros mártires de la orden en Marruecos. Esta noticia también afectó a Santa Clara, quedando tan impresionada que resolvió ir ella también entre los infieles y recibir la palma del martirio junto a sus hermanas. Fue necesario la prohibición expresa de Francisco para impedir que llevara a cabo este proyecto.
Durante el invierno de 1220-21, obligado por una de sus frecuentes enfermedades, se había permitido comer carne cocida. Cuando se sintió algo aliviado, ordenó a su vicario Pedro de Catania que lo arrastrase medio desnudo, tirándole del cuello con una cuerda, por las calles de Asís, al terminar su predicación en la catedral. Llegando a la plaza principal y al sitio donde ajusticiaban a los criminales, confesó en voz alta y delante de una gran muchedumbre, el pecado de gula que había cometido.
También le llega la noticia de la muerte de los cinco primeros mártires de la orden en Marruecos. Esta noticia también afectó a Santa Clara, quedando tan impresionada que resolvió ir ella también entre los infieles y recibir la palma del martirio junto a sus hermanas. Fue necesario la prohibición expresa de Francisco para impedir que llevara a cabo este proyecto.
Durante el invierno de 1220-21, obligado por una de sus frecuentes enfermedades, se había permitido comer carne cocida. Cuando se sintió algo aliviado, ordenó a su vicario Pedro de Catania que lo arrastrase medio desnudo, tirándole del cuello con una cuerda, por las calles de Asís, al terminar su predicación en la catedral. Llegando a la plaza principal y al sitio donde ajusticiaban a los criminales, confesó en voz alta y delante de una gran muchedumbre, el pecado de gula que había cometido.
En el capítulo de Pentecostés del
1221, acuden dos cardelanes Ugolino de Segni y Rainiero de Capoccio, cardenal
de los cistercienses. Es nombrado por aclamación ministro general Elia de Cortona.
Hace aquí su aparición un joven portugués, Antonio (de Padua), predica sobre la
muerte, el fuego eterno y la Apocalipsis. Francisco pide permiso para hablar y
lee un manojo de folios, son los primeros esbozos para una regla. La lectura se
prolonga durante horas. A continuación ruega a Antonio que se incorpore a la
universidad de Bolonia, cuando en años anteriores había procedido contra los hermanos
que deseaban estudiar.
En agosto muere Santo Domingo de Guzmán.
Fonte Colombo |
En 1222, Francisco se retira a la ermita de Fonte Colombo, más allá de
Rieti. Le acompaña el hermano Leo, su fiel escribano, y Bonicio que estudió
jurisprudencia en Bolonia. El objetivo de este retiro es escribir por fin la
famosa regla sin ser molestados.
La regla debe incluir la obligación de luchar contra otras enseñanzas, como por ejemplos, las teorías de los escolásticos que se estaban extendiendo en demasía.
No quieren que los hermanos posean nada, ni siquiera
un derecho. Rechaza Francisco de que algunos minoristas puedan ocupar
importantes puestos como subalternos en la jerarquía de la Iglesia:”Nosotros
los pobres, solo podemos servir a la Iglesia siendo pobres, menores y humildes,
¡y si seguimos considerando que este es nuestro único privilegio!”. La regla debe incluir la obligación de luchar contra otras enseñanzas, como por ejemplos, las teorías de los escolásticos que se estaban extendiendo en demasía.
Andrés Marín Sánchez, septiembre del 2013