martes, 13 de septiembre de 2011

PROGRAMA DE FIESTAS DE ARROYO DEL OJANCO


SAN FRANCISCO Y SU TIEMPO


Muchos vecinos de este pueblo conocemos bien poco a San Francisco, nuestro patrón. Conocemos que nació en Asís, que era de una familia rica, que abandonó su posición de privilegio abandonado a aquella para seguir por el camino de la pobreza a Jesucristo, el pobrecillo de Asís, que fue amante de la naturaleza, el primer ecologista, etc.
Voy a intentar a hacer una breve reseña de algunos aspectos de su vida. Empezaré como era el mundo en el que él nació. Vivió entre dos siglos XII y XIII (1181 ó 1182 a 1226). Época como ahora de grandes cambios en nuestro mundo occidental, el paso de la Alta Edad Media a la Baja, la Edad de Oro de la Caballería. Esto llevaba un cambio en el despertar de aquella civilización.
Cuando él nace, se estaba produciendo la famosa tercera Cruzada (1189 – 1192) formada por el emperador de Federico I Barbarroja (alemán), Ricardo Corazón de León (inglés) y Felipe II Augusto (francés), por el lado cristiano. Enfrente tenían al gran caudillo turco Saladino, que recupera Jerusalén (1187). En casi toda su vida activa es contemporáneo de otro gran emperador, Federico II, el último Hohenstaufen
En la Italia de aquellos días se vivía en una continua guerra entre los guelfos y los gibelinos, los partidarios del emperador germánico y los del Papa. En Asís, su ciudad de nacimiento, cambiaba de bando según convenía a sus dirigentes y esto hacía que estuviera a mal con su vecina ciudad de Perugía.
En España es la época de las Navas de Tolosa (1212) con el gran rey Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) al que poco tiempo después le sucedió otro gran rey conquistador Fernando III el Santo (del 1217 – 1252) o Jaime I el Conquistador de Aragón (del 1214-1276). Es el tiempo del esplendor de Córdoba con el filósofo Averroes y de Moisés Maimonides médico de Saladino
En la Provenza, el sur de Francia, es en aquellos tiempos la tierra de los cátaros. El tiempo de Esclarmonde, sobrina del mítico Perceval o Trencavel, que dio orden de la construcción de Pog de Montségur y la leyenda la mantuvo viva como guardiana del Santo Grial hasta la caída de Montségur (1244). La cruzada contra los albigenses con la derrota y muerte de Pedro II de Aragón en la batalla de Muret (1214) defendiendo a sus súbditos, los cátaros, contra las tropas del Papa y del rey de Francia al mando de Simón de Monfort.
Es el tiempo también de Leonor de Aquitania, mujer de reyes de Francia e Inglaterra y madre de reyes y abuela de reyes de Alemania, Francia, Inglaterra y España.
En el extremo Oriente el imperio mogol surge siendo proclamado Gengis- Khan, Timuyin, “el forjador” (1167-1227)
Son lo años de la fundación de las ordenes hospitalarias y la de los templarios (1118), los carmelitas (1156), la fundación del hansa (1161) fundación de los valdenses (1175), los caballeros teutónicos (1199) o la fundación de los dominicos (1216) entre otros acontecimientos
En el año de su nacimiento, posiblemente en 1182, era una época de grandes turbulencias en toda la Europa cristiana, siendo Italia en el centro de ellas. Su padre era un rico comerciante de telas (paños) llamado Pedro (Pietro) Bernardote de la familia de los Moriconi de Lucca (Toscana) de probable origen judío y según rumores simpatizante de los cátaros. Su madre donna Pica de origen inseguro, posiblemente de la pequeña nobleza provenzal.
El hijo de ambos, Giovanni, llamado Francesco, nació según algunos en septiembre de 1181 o mas probablemente en 1182 en Asís. Según cuenta algunos, cuando nació estaba su padre de viaje de negocios y su madre sintiéndose indefensa, inmediatamente lo bautizo en la catedral de San Rufino. Con las prisas no se escribieron el registro ni el mes ni el día, sólo el año 1181 y el nombre Giovanni. Al regreso del padre, no lo consideró adecuado, aunque no repitió el bautismo, pero en los anales de Nuestra Señora de la Assunta, figura el nombre de Francisco y el año 1182.
Hay leyendas de más allá del siglo XV que dicen que nació, igual que Jesucristo, en el establo de su casa. Había una capilla con el nombre de San Francesco il Piccolo donde parece ser estuvo el citado establo de la casa del Santo,
En su niñez no fue un alumno que llamara mucho la atención. En la iglesia donde tuvo su primera educación, la de san Nicolás, en el día de dicho santo, se tenía la costumbre de nombrar a uno de los niños “episcopello”, obispo. Nuestro santo y patrón obtuvo dos veces ese honor.
Entre 14 ó 15 años es un orgullo para sus padres. De vez en cuando aparece por las dependencias paternas vestido con chalecos y lujosos pantalones algunas veces hasta de dos colores, a la última moda de aquella época. Esto es a causa de las nuevas rutas comerciales traídas por las cruzadas que suministran de Oriente nuevos tintes a los artesanos florentinos. A los clientes le agradaba aquel muchacho despabilado a quien un profesor particular le daba lecciones de italiano, francés y provenzal. Era un alumno al parecer poco atento y su ortografía era floja. No era en absoluto un “idiota”, como se complacía más tarde en calificarse así mismo.
Alrededor de los veinte años es el que organiza las fiestas con los amigos, invita a estos, paga la música y a veces coge el laúd y canta con una voz agradable y sonora. Algunas veces se pasaban de la raya, como los jóvenes de ahora, cantando a media noche echando serenatas o gastando bromas pesadas a los amigos. A los 21 años hay un enfrentamiento entre las ciudad de Asís y la de Perugia. Francisco interviene en ella cayendo prisionero. Tuvo las suerte de ser confundido con la nobleza por su maneras de rico, tener caballo, y esto le permitió estar en los calabozos de aquella ciudad largo tiempo hasta que se pagó un recate. Estos acontecimientos, privado de libertad, le hicieron reflexionar y ver la vida de otra manera cuando la obtuvo.
A finales del 1203 recobra la libertad, parece ser que sus reflexiones en el presidio no le hacen cambiar de comportamientos. Retoma su vida de juerga y diversiones con más ganas si se puede. De nuevo su oro le hace ser el rey de ellas. Pero hay momentos que parece agotado de toda capacidad para divertirse. Empieza a tener comportamientos excéntricos. Ya en la cárcel le decía a sus compañeros que algún día se convertiría en santo. Ahora quiere ser un príncipe y casarse con la dama más bella del mundo y para que lo crean decide unirse a un noble de Asís que está apunto de partir hacia la Apulia. Su padre le compra una armadura, un caballo y un escudero. A la altura de Spoleto, Francesco, da media vuelta y abandona a sus compañeros. Aquí entra parte también la leyenda diciendo que oye una voz sobrenatural, como a San Pablo que le ordena regresar.
Cerca de Asís, en Foligno, se encuentra con un verdadero caballero al que le falta casi todo, armadura y caballo, y le cambia el equipo. Regresa a Asís agotado y posiblemente enfermo. Su padre sufre otra nueva decepción cuando lo ve aparecer de esa guisa.
Por aquellos años, 1205, Francisco se va recuperando de su enfermedad. Ya va recorriendo a pie los alrededores de Asís. Evita la ciudad y los amigos, busca la soledad.
Un día uno de los leprosos de Collestrada, hospital de leprosos, le pide una limosna. Francisco sale corriendo, pero después reflexiona y vuelve tirándole a los pies una moneda de oro. Observa que el hombre, agradecido, le sujeta la mano para besarla. Su primera intención es retiradla, pero recapacita y abraza al enfermo y hasta le da un beso fraternal. Rápidamente se dirige a la casa de sus padres y reúne una cantidad estimable de dinero y regresando al hospital la reparte entre todos los leproso. Ahora es él quién besa la mano a cada uno de los leprosos
A los 24 ó 25 años va a Roma como peregrino a pie, siempre que había ido a la ciudad Eterna con su padre lo hizo a caballo. Allí es testigo como el rey Pedro de Aragón, siendo coronado por el Papa y recibiendo el titulo de abanderado de la Iglesia. Siete años más tarde, este rey, sufre la derrota y la muerte de manos de los que ahora lo encumbraban con este cargo honorífico de la Iglesia. Al salir de la iglesia nuestro santo, avergonzado por echar todo su dinero el cepillo de aquella y no dejar nada a los pobres que hay en la puerta, se acerca a ellos y le cambia a uno sus ropas por la de aquel. Después se dedica a pedir y todo lo que recoge se lo reparte entre los demás mendigos embargándole una insospechada dulzura. Con ellos come el contenido de sus miserables recipientes Más tarde diría recordando esto: “He elegido la sagrada pobreza como dueña mía para obtener los placeres y los tesoros físicos y espirituales que me proporciona”


Ya llegamos al año crucial en la vida y la obra de nuestro Santo Patrón, el 1207. Donde abandona los placeres mundanos y se refugia en la pobreza y en Evangelio. Esto ya se merece otro capitulo.




Andrés Marín Sánchez