LAS POSADAS
Al hilo con lo
anterior, vamos a hablar de las posadas de nuestro pueblo.
A finales del siglo XIX también se le conocía a nuestro
pueblo con el nombre de Las Ventas. Esto se debía a que había en estos
alrededores de lo que hoy es nuestro pueblo una serie de ventas o posadas. En nuestro
término todavía quedan nombres de lugares con este nombre.
El primero es el de la Venta Cabrera , al
lado mismo del camino real y antiguo camino de los cartagineses.
Otro lugar es Ventarique algo más alejado del camino unos 500 m . Aunque parece que su
nombre indica una venta o posada, su verdadero origen procede del árabe que
significa hijo de Tarik
Las Ventillas: La de la Viuda o de doña Isabel, la más cercana; la del
don Pepe y la de don Luis.
Y al final, en los límites del término con el Puente, la
venta del Colorado.
Estas cuatro últimas al lado del camino real y a escasos
metros de la carretera actual.
A finales del siglo XIX se le nombraba también a nuestro pueblo, como la Venta de la Camposanta.
Una vez dicho esto vamos a recordar las posadas que hasta su
desaparición en nuestros días ejercieron como tales y no como las ventas
nombradas, que como las conocemos son cortijos agrícolas o pequeñas aldeas como
la Venta Cabrera
y Ventarique.
Empezaremos por la posada de
Los Curicas. Estaba situada detrás de la fuente donde se celebra el
mercadillo de los viernes. Hoy es un solar vallada perteneciente a Emilio
Caballero. Su posición era muy estratégica en el camino real y a lado de la
carretera existiendo una plaza entre ellas. Esta posada pasó a manos de Braulio
Palomo y Josefa Mihi mas conocida por Josefa la de Braulio. Raro son los
habitantes mayores de este pueblo que esta mujer, Josefa, no le haya arreglado
algún hueso. A mi por ejemplo, bien pequeño me llevaron a ella para que me metiera
el hueso del codo y después otras veces, la muñeca. Con el tiempo a mi hija
mayor cuando tenía alrededor de un año también le arregló el codo. Y en los
últimos días de su vida, llevé a mi padre para que le mirara la rodilla, cosa
que me dijo que aquella, ella no podía arreglarlo por tener ella la misma
enfermedad en las manos y que no era ninguna dislocación sino artrosis. Esta
posada tuvo razón de existir mientras hubo arrieros que traficaran de pueblo en
pueblo con sus mercancías, sobre todo los que venían de La Mancha.
El solar vallado donde estaba la posada o venta del Curica. |
Otra posada era la del tío Francisco Rodríguez y su mujer la
tía Carmen Blanco. Estaba ubicada al lado de la panadería de Paco Blanco en la Carretera y hoy es un
solar vallada con bloques en la parte que da a la carretera. Esta dividido en varias partes de los herederos de
esa familia. Todavía al principio de las obras del pantano sirvió como lo que
era, posada o fonda, a algún carrilano.
Solar donde estuvo la posada del tío Francisco |
Nos queda la que más modernamente se le llamó la Fonda. Era de Tomas
Bueno y Josefa Gómez, regentada por su familia, su mujer y sus hijas, sobre
todo la Isabel
que con ella acabó toda actividad. Esta posada fue anteriormente del tío
Fructuoso Pérez, padre y abuelo de toreros: Cesar Morales y Cesar Pérez. A
finales de los años cuarenta pasó de unas manos a otras, al tener que marcharse
el tío Fructuoso a Orcera a consecuencia
de un incendio que se dio en esta posada cuando se estaba representando una
obra de teatro en ella.
La fonda de la familia Bueno a la Izquierda |
Con la familia Bueno Gómez estuvo funcionando como un
negocio muy próspero y floreciente dando comidas como por supuesto
habitaciones. Hubo un tiempo hasta principios de los años 90, que se inauguró
el hotel, que era el lugar de reunión o de concentración de todos los viajantes
y técnicos que venían de visita a la
Sierra , pernoctando varias noches a la semana. Hoy día ha
cesado su actividad.
La pensión o fonda de Pedro Olivares. Esta pensión estuvo
funcionando hasta mediados de los años sesenta y era regentada por la familia
Olivares. Cuando compró la casa Requena a esta familia, tiró completamente el
edificio y lo hizo de nuevo. Fue una pena para mi el no conservar la fachada de
aquella casa con sus remates de ladrillo visto rojo, quizá fuese de más baja
altura que la de hoy. Las hijas de esta familia al casarse se fueron del pueblo
y por eso cerraron la pensión. Una hija de ellas fue delegada de la Junta de
Andalucía en la provincia de Jaén a principios de este siglo, hasta que
aconteció su muerte producida por un
cáncer.
El edificio central era la antigua posada de Olivares después tienda de Requena y hoy su casa |
Hubo
otro establecimiento que no fue ni venta ni posada que también estuvo
funcionando desde los años 60 hasta bien entrado los 80 como fonda. Era la
pensión de la Genara.
Estaba encima del bar de la misma familia López Galarzo, en
la carretera enfrente de la
Iglesia. Hoy el bar se le conoce como la Parada , pero cuando se hizo
se le llamaba el bar de Pedro Miguel o el bar de la Genara , pues era ella con
sus hijos la que lo regentaba. Aquí, en este local, también había un salón para
bodas a continuación del bar. Hoy día solo funciona el bar que no está en manos
de sus propietarios sino arrendado.
El antiguo bar de Pedro Miguel y pensión. actual bar La Parada |
LOS BARES
Y a propósito del bar anterior, seguiremos hablando de estos
negocios: bares que ya no existen en nuestro pueblo. El primero que me viene a
la memoria es el de Bernardo. Esta este bar en lo que es la casa de su hijo
Antonio y en la parte donde tenía la chucherías su mujer Isabel, la del kiosco.
El patio también se usaba como parte del local en el buen tiempo. En este bar
fue la primera vez que vi un grifo de cerveza. En aquellos años la gente del
pueblo hacia la mayoría de sus ligar con vino blanco manchego y la cerveza era
para ocasiones especiales o de días de fiesta.
Me acuerdo como lo adornaba cuando llegaban las fiestas de San Francisco poniendo delante de su casa, en la acera que entonces no había, ramas de pinos y mantones por si llovía o hacía mucho sol. Pues en esta época el tiempo es imprevisible, lo mismo esta lloviendo que al medio día hace un sol que aporrea. Ahora mismo no me acuerdo en que año se cerró el bar. Pero al poco de cerrarlo, su hijo Antonio puso un taller de electricidad en su lugar y después se pusieron la tienda de golosinas que ya tampoco está.
Me acuerdo como lo adornaba cuando llegaban las fiestas de San Francisco poniendo delante de su casa, en la acera que entonces no había, ramas de pinos y mantones por si llovía o hacía mucho sol. Pues en esta época el tiempo es imprevisible, lo mismo esta lloviendo que al medio día hace un sol que aporrea. Ahora mismo no me acuerdo en que año se cerró el bar. Pero al poco de cerrarlo, su hijo Antonio puso un taller de electricidad en su lugar y después se pusieron la tienda de golosinas que ya tampoco está.
Bar de Bernardo , el tercero a la derecha |
Anteriormente a este hubo una taberna regentada por Gregorio
Galarzo Lumbreras a principio de los años 30 del pasado siglo. Esto lo recogía
el Anuario del Comercio de la Industria, etc. de 1932. Desconozco en qué lugar
se ubicaba esta taberna.
En la calle Bolea existió otro en los años 60.
Estaba en la casa que hace esquina para entrar al patio de las Escuelas o al
Centro de Interpretación y tiene una terraza que da a él. Es la casa hoy día de
la hija de los que pusieron el bar, Isidro Liñán y Juana Jiménez. Duró muy
pocos años.
Lugar de este bar y antigua fragua de Víctor. |
El bar del Cepas. Estaba regentado por Águeda y su marido
Juan el Cepas como se lo conocía. Primero estuvo en los bajos de su casa en la Calle Nueva , desde la
segunda mitad de los sesenta. En ese bar la gente de mi edad aprendimos a hacer
la liga, allí fue donde empezábamos a salir, donde también acudía la del sexo
contrario y donde nos ponían tapa de sepia a la plancha. De aquí lo pasaron a
la carretera a lado de la Fonda
en un pequeño y estrecho local que era propiedad de los de la fonda. Fue un bar
que estuvo de actualidad todo el tiempo, donde no iban solo los hombres a hacer la ligar sino parejas de jóvenes como
no tan jóvenes. Pero la grave enfermedad de Águeda hizo que el negocio se
acabase con ella. Hoy día en este local está una agencia de seguros Generali.
A la izquierda casa y antiguo bar Cepas y a la derecha el último local de este bar. |
Otro bar que estaba muy cerca del anterior, pero quizá
algunos años más antiguo, era el de Florentino. Lo considerábamos la gente joven como taberna.
Era un bar casi exclusivo de hombre. Estaba ubicado en la casa familiar y
ocupaba escasamente dos habitaciones de unos veinte y tantos metros cuadrados
en la calle Rosales justo detrás del anterior. Su especialidad era la tapa con
carne de conejo y de productos de su huerta. Estuvo abierto hasta que
Florentino se jubiló.
Bar de Florentino. |
Un poco más abajo, en la calle Carretera, un local que
ocupaba lo que hoy día es la peña Madridista y el Púb. Osiris. Este local era
la cafetería la
Galaxia. Cuando se inauguró, a principios de los 80, era de
lo mejor de la comarca. Al partir la herencia los hermanos Muñoz, se partió el
local, una parte siguió con el negocio del bar y cafetería, lo que es la peña
madridista, y la otra parte se convirtió en el Púb. Osiris.
Cafetería, bar y discoteca en los sótanos del edificio. |
Volvemos para atrás otra vez a la calle Carretera y enfrente
del Mesón estuvo por un poco tiempo un bar abierto de Miguel López hijo de
Pedro Miguel y la Genara ,
fue al principio de los años 80 y estuvo poco tiempo funcionando.
Bar de Miguel en el edificio de la izquierda |
A mediados de los años cincuenta estuvo un bar funcionando en la casa de Paz Pacheco, la madre de los Gilabert. De este bar me acuerdo como en sueños. Junto con el de enfrente, Paco Luna, se le llamaba Cuatro Caminos por ser el cruce con la carretera las calles Bolea y Fuentebuena.
Esta casa pasó por varios negocios como tienda de tejidos y actualmente como de fotografía.
Siguiendo de vuelta por la carretera, nos encontramos con el bar Nuevo. Ocupaba el local los bajos de la casa de los Medinas o de Manolo Valiente. Pero antes que se convirtiera el bar Nuevo, había otro edificio más antiguo de esta misma familia, que era los Gómez Carrasco. Estos tenían aquí una taberna de vino especialmente regentada por José Gómez Carrasco. Allí nos mandaban a los chiquillos a comprar vino con nuestras botellas de cristal. Me acuerdo todavía el olor rancio del vino de derramarse de las cubas de donde se sacaba con una goma y un embudo para llenar nuestras botellas.
Esta casa pasó por varios negocios como tienda de tejidos y actualmente como de fotografía.
Casa de Paz Pacheco en aquella época. |
Siguiendo de vuelta por la carretera, nos encontramos con el bar Nuevo. Ocupaba el local los bajos de la casa de los Medinas o de Manolo Valiente. Pero antes que se convirtiera el bar Nuevo, había otro edificio más antiguo de esta misma familia, que era los Gómez Carrasco. Estos tenían aquí una taberna de vino especialmente regentada por José Gómez Carrasco. Allí nos mandaban a los chiquillos a comprar vino con nuestras botellas de cristal. Me acuerdo todavía el olor rancio del vino de derramarse de las cubas de donde se sacaba con una goma y un embudo para llenar nuestras botellas.
Bar Nuevo |
El bar Nuevo estuvo regentado por el propio
dueño al principio. En aquella época los chiquillos acudíamos a ver la tele al
bar por haber pocas en el pueblo y algunas veces éramos echados de nuestros
asientos por el dueño para que se sentaran la gente mayor. Después lo tuvo Ñoño
varios años y Domingo el Servando. A cambiar de propietarios, de un hermano a
otro, el bar se partió y se puso el Púb. Cámel y más recientemente se volvió abrir
como bar y cafetería por la
Joaquina.
A continuación del bar anterior, a escasos 15
metros hubo en los años 80 una terraza de verano que le llamábamos la corrala
de la Pacheca. Tuvo bastante aceptación y ambiente en aquellos años que estuvo
funcionando. Uno de los que la estuvo más tiempo gestionando fue Manolo
Valiente el del Púb. También después de cesar su actividad, en algunos San
Franciscos sirvió como chiringuito para sacar fondos para varios eventos.
La terraza de verano |
Unos treinta metros a continuación, cerca del puente y al
lado de la Unicaja, estuvo el bar Andalucía. Estuvo al principio regentado por
los dueños, la familia de Cesáreo. En esa época, y en otros posteriores que se
hicieron otra vez cargo, tuvo mucha aceptación. Se tenía que hacer algunos días
cola para pillar una mesa ya en la calle como en la terraza que hicieron sobre
el patio al lado del arroyo. Pasaron varios arrendamientos hasta que por fin
dejó esta actividad pasando por ser carnicería y supermercado de Carmina
Tenedor, tienda de ropa, etc., entre otros negocios.
Bar Andalucía |
A continuación, al otro lado del puente, estaba el bar o
taberna de de José Camposanto. Al principio se hizo el bar dando a la carretera
en la parte derecha de la casa, lo regentaba su hermano Miguel Ángel y su
mujer. Después alquilaron este espacio para una sastrería, la de Pineda. La
parte izquierda en aquellos tiempos era la barbería de Ramón Marín, pero esto
es otra actividad que otro día hablaremos.
El bar desapareció, pero entonces se convirtió en taberna y dispensador de vino manchego a granel en la parte posterior de la vivienda y en el buen tiempo se ponían mesas en la entrada que había para meter los coches haciendo terraza con el arroyo bajo las sombras de unos grandes álamos que salían de él. El peso de esta taberna la llevaba la mujer la Primitiva o Tiva, como el le decía. Aquí se ligaba con frutos secos y en el verano con pepinos y tomates que a veces llevaban los clientes y la Primitiva se los aliñaba. La edad y la salud de los propietarios dejaron que esta taberna dejara de existir.
El bar desapareció, pero entonces se convirtió en taberna y dispensador de vino manchego a granel en la parte posterior de la vivienda y en el buen tiempo se ponían mesas en la entrada que había para meter los coches haciendo terraza con el arroyo bajo las sombras de unos grandes álamos que salían de él. El peso de esta taberna la llevaba la mujer la Primitiva o Tiva, como el le decía. Aquí se ligaba con frutos secos y en el verano con pepinos y tomates que a veces llevaban los clientes y la Primitiva se los aliñaba. La edad y la salud de los propietarios dejaron que esta taberna dejara de existir.
Casa primera de la izquierda de José Ruiz donde estuvo el bar de su hermano Miguel Ángel y posterior taberna de José. |
En
la casa del al lado, hoy de Pepe Mota y Ana Mari, hubo otro bar que también era
churrería y se le conocía por ese nombre. Millán hacía unos churros bastante
buenos y su mujer Antonia hacía unas tapas muy sabrosas, sobre todo los caracoles.
Duraría alrededor de unos 10 años, los setenta.
A la izquierda antigua casa de José Ruiz "Camposanto" y al lado donde estuvo el bar Churrería de Millán. |
A unos 10 metros del anterior hubo por los menos hasta la
época de la guerra Civil otro bar regentado por el tío Kikirito. Esta este bar
en la casa donde hoy día está la peluquería “Marita”. En aquella época, el abuelo de esta el tío Antonio Serrano, era el
propietario de la casa de Molina y después se compró esta vendiendo la otra a
Miguel Molina, siendo hoy día propiedad de estos hermanos, sus nietos hijos de
Elisa.
El bar de Kikirito estuvo en la casa de la izquierda, hoy peluquería Marita. |
Algo más de cien metros de este, en la misma carretera,
estaba el bar Salamanca, regentado en esta ubicación por María Lucha y en este
lugar tuvo el episodio de los cohetes de San Marcos de 1983. Antes estuvo
ubicado en otros dos sitios distintos. El primero estaba en la calle del Río esquina
con la del Rosario, sería a finales de los 50 o principios de los 60. Aquí la
actividad principal era hacer hielo y polos y de aquí le vino el nombre de la
Polar que después de cambiar de propietarios y de dejar los hielos y polos la
gente le siguió llamando. Lo regentaba en aquella época algunos hermanos
Ortega, Iluminado.
Lugar donde estuvo la Polar |
Al poco de pasar a manos de los Medina Lucha,
se estableció en lo que hoy es casa de Mari Nieto que entonces era propiedad de
Mariano Romero y se le puso el nombre de bar Salamanca, pero al propietario le
seguían llamando el Polero. Era el bar que mejores raciones ponían en el pueblo
aunque fuesen algo más caras. Junto con el bar Nuevo eran los locales más
amplios de su tiempo y este ponía mesas en la calle en la explanada que había
delante y después de hacer las aceras en la parte que transitan los coches.
En este bar habían unas dependencias estrechas a fondo del salón que los jóvenes las utilizábamos en invierno para hacer bailes, algunas veces con conjuntos y otras con las máquinas de discos que había en los bares. También sirvió esas dependencias para alguna reunión de la Hermandad de San Marcos, la última vez que se usó fue cuando me nombraron presidente de la hermandad. Antes de que la Hermandad existiese también se reunían en este bar para organizarse a la hora de comprar las reses y siendo el punto de partida para la salida a las ganaderías del día 24 de abril. En el 1982 se cambió la última vez de ubicación a la acera de enfrente, en la casa familiar donde cesó la actividad por la edad de la propietaria María.
Bar Salamanca en la parte derecha del edificio |
En este bar habían unas dependencias estrechas a fondo del salón que los jóvenes las utilizábamos en invierno para hacer bailes, algunas veces con conjuntos y otras con las máquinas de discos que había en los bares. También sirvió esas dependencias para alguna reunión de la Hermandad de San Marcos, la última vez que se usó fue cuando me nombraron presidente de la hermandad. Antes de que la Hermandad existiese también se reunían en este bar para organizarse a la hora de comprar las reses y siendo el punto de partida para la salida a las ganaderías del día 24 de abril. En el 1982 se cambió la última vez de ubicación a la acera de enfrente, en la casa familiar donde cesó la actividad por la edad de la propietaria María.
La última ubicación del bar Salamanca |
Llegamos ya al
último bar que había en la acera del lado de arriba de la carretera, el bar de
Pajares. Este bar se hizo al amparo de los trabajos del pantano, siendo su
propietario trabajador que vino al pueblo por el trabajo de capataz en esas
obras y casándose después con una vecina de aquí. Su esplendida terraza era muy
apreciada en el verano. Sus tapas eran famosas las de habas y los pimientos
fritos. La edad de los propietarios fue haciendo desaparecer poco a poco la
actividad de este bar.
Bar Pajares |
Cambiamos de
acera, enfrente unos metros más abajo del muro estaba el bar de la Frontera.
Estaba en la casa familiar de los Torres Chinchilla. Las habitaciones de la
parte de debajo de la casa las utilizaron como bar durante el tiempo que estuvo
funcionando. Era un bar tipo taberna donde solo acudían hombres para hacer la
liga. La que siempre estaba al cuidado de él era la mujer y madre de familia,
llamada Lola. Antes de los años 80 cambiaron de actividad poniendo los mismos
propietarios en este lugar una papelería.
Bar la Frontera |
Siguiendo la
parte bajo del muro de la carretera nos topamos con otro lugar en que hubo un
bar, el bar Gorrino. Al principio de los años 60 dejó de existir este bar que
lo regentaba una familia de la Porrosa. Con el tiempo una de sus hijas puso
otro bar en Beas, llamado el Estudiante. Este lugar pertenece hoy a Félix Vico
que tiempo después abrió otro bar, pero por muy poco tiempo, encima de donde
estuvo el bar anterior, el Gorrino, en la parte de su casa que da a la terraza
que está a la misma altura de la carretera.
Bar Gorrino |
Llegamos por la
misma acera al final, o principio según se mire, del pueblo. El bar de la
gasolinera. Este era un pequeño local junto a las oficinas de la gasolinera que
estuvo funcionando desde que se hizo el surtidor a mediados de los 60, hasta
1991 ó 1992 que se hizo el hotel. Este bar no se cerraba en toda la noche, lo
mismo que el surtidor. En él se acababan las ligas, si se podía decir eso,
cuando se cerraban los otros bares. Te podías encontrar as las nueve de la
mañana gente tomándose unas copas de coñac con el café y otros todavía bebiendo
buenos vasos de vino y con la cara empegotada de no haber ido todavía a su casa
después de dar de mano.
Este bar estuvo regentado por mucha gente
distinta, entre ellos estuvo la familia de Tedilso y de la Paz algunos años
teniendo buena acogida sobre todo en verano en sus mesas en la calle.
Ahora volvemos
para atrás y vamos a la calle Santa Catalina. Aquí nos encontrábamos con otra
taberna, la de Pedro Camposanto y su mujer Antonia. Como el bar de su hermano
empezó como almacén donde se despachaba vino, ya fuese vendiendo garrafas de
media arroba como litros sueltos. El local era espacioso, pues ocupaba todos
los bajos de la casa. Los clientes eran gentes
bebedores de vino sobretodo y algunos de los más asiduos, cuando salían
de allí llevaban una tajada como un piano haciendo eses por la calle Viñas. Más
de una ocasión, teniendo que para de jugar al fútbol para ir a coger algún
abuelo que estaba caído a la vuelta a su casa con la cara ensangrentada. Este
bar se abriría a finales de los 60 y unos diez años después ya no funcionaría
como tal. Aquí también se echaban las quinielas durante un tiempo.
De este bar
me acuerdo de una anécdota: estaba bebiendo vino un borrachín que tenían
amigos que le gustaban el vino lo mismo
que él, algo ya mayorcitos en la Porrosa
y todos tenían familia o habían vivido aquí. Le llamábamos el Piyayo. Aquel día
tenía una burra atada la ventana del bar
cargada de leña, que seguro que venía con ella desde la Porrosa. Tomás de Pedro
Miguel que se conoce que se había dado cuenta del tiempo que llevaba allí atado
el animal con su carga y él bebiendo vino adentro, nos dijo a unos cuantos
mozalbetes que nos fuésemos con él para que viéramos lo que iba hacer. Ni corto
ni perezoso le corto las sogas que ataban la leña, echando esta al suelo. Nos
quedamos un rato para ver el cabreo que iba a coger el Piyayo cuando saliese a
la calle y viese como estaba su carga de leña en el suelo. Como así fue. A uno de
sus compañeros de borracheras le pasó una cosa igual una noche que había boda
pero en el bar de la Churrería, le trabaron las cuatro patas y cuando fue a
tirar de la burra para irse esta se fue al suelo. Esta vez no fue una acción
del travieso Tomás si no de otras personas mayores que estaban ligando al lado
de esta persona y cuando se iban le hicieron esto.
Para terminar, uno de los bares más antiguos del pueblo y que más tiempo estuvo abierto. era el bar de Paco Luna.
Con el tiempo pasó a otras manos como Fausto Puertas que fue junto con Blas Hita el que más tiempo lo regentó. Entre medias estuvo regido por Adolfo Liñán que dejó su negocio de los frutos secos para llevar el bar.
Después de Blas pasó por lo menos por cuatro arrendadores siendo la última Manuela del Sol. Paradójicamente el apellido se corresponde con el nombre que le puso a este bar Fausto La Puerta del Sol.
Hoy está cerrado a causa, al parecer, del mal estado del edificio por abandono de su propietario de la familia Luna.
El mismo edificio 60 años después. |
Aquí acabo con
la narración de los bares que había y ya no están funcionando en nuestro
pueblo, aunque ahora mismo hay uno en parada técnica, esperando ser alquilado, Casa Rubio. Solamente añadir una cosa, casi todos estuvieron funcionando a la misma
vez junto con los actuales el de
Panochas y el de la Parada.