lunes, 29 de julio de 2019

LUGARES, ACTIVIDADES, NEGOCIOS...: SANADORES, MECÁNICOS.


LOS SANADORES DE HUESOS

No sé con qué nombre dirigirme a las personas que se dedicaban a la actividad de arreglar torceduras, dislocaciones, articulaciones abiertas como la de la muñeca y otras cosas referentes a las extremidades tanto de huesos, tendones y músculos.

La primera que yo conocí y quizá la que más fama tuvo mientras estuvo ejerciendo esta actividad, fue Josefa la de Braulio. No sé tampoco desde cuando ejercía o empezó a ejercer con esta habilidad de arreglar las articulaciones. Pero en lo referente a mi, tengo noticia casi desde nací. Pues mi madre me decía que cuando tenía menos de dos años me arregló el codo  y después ya con ocho o nueve años la muñeca. 
Al fondo el solar donde se ubicaba la casa o posada de Josefa y Braulio


Hasta casi su muerte atendía a las personas con estos problemas articulares. Por ejemplo a mi padre le vio la rodilla ya entrados los años 80 y le dijo que aquello no lo podía arreglar, pues era lo mismo que ella padecía en sus manos, artrosis. A mi padre les dio unos masajes con aceite y alcohol sobre ellas para que sintiese algo de alivio pero que no le iba a solucionar el problema.

Otra mujer fue Antonia Hornos, también ya desaparecida. Vivía en la calle del Río nº 10, antes el 8. Todavía viven el pueblo dos de sus hijos, Nati y Fernando Caballero. La casa ahora es propiedad de su nieto Emilio Caballero que la ha reformado completamente.
Casa de Antonia reformada.


De esta sanadora, tengo la experiencia en esta actividad, con una hermana mía que se fracturó el brazo. Al caerse y no quitársele el dolor del brazo mi madre la llevó a Antonia para que se lo arreglase, pero esta le dijo que estaba fracturado, no sé si era el cúbito o el radio.

Y el último de aquellos sanadores fue Pepe, llamado por algunos el doctor Hueso. Este vivía o vivió en la calle de Las Piedras, la casa actual de Ramona que era hija María la del tío Martín, la mujer de Pepe. Tuvo bastante fama en los años finales de los sesenta y setenta, sobre todo cuando acabó el pantano donde él trabajaba. Muchos jóvenes de esos años acudían a él cuando tenían problemas, sobre todo, jugando al futbol. Yo acudí a él por un problema en el cuello del  pie, no sé si estaba abierto o era a causa de alguna torcedura del tobillo. 
Fachada posterior de la casa donde vivía Pepe


Con la desaparición de estas personas parece que los arregladores de huesos, mejor dicho de articulaciones, esta actividad en el  pueblo decayó. No sé si actualmente hay alguien que la ejerzan.


LOS TALLERES MECÁNICOS

Los talleres mecánicos que habían hasta los años finales del siglo XX, solamente queda uno, el de Paco aunque este empezó como electricidad del automóvil ya se dan toda clase de mecánica.

El taller más antiguo fue el de Ismael Romero que fue el sucesor de la fragua de Víctor el Herrero que tenía en la calle Bolea. Esta la heredaron dos de los hijos, Víctor e Ismael. Con el tiempo se trasladaron a la calle Carretera en lo que hoy es la vivienda familiar de Ismael. Víctor se dedicó más a la fragua o herrería e Ismael a la mecánica. Con el tiempo Víctor abandonó la empresa y se trasladó sino recuerdo mal a vivir a Elche.
La casa de la izquierda estuvo el primer taller de Ismael


El negocio de la mecánica fue próspero ampliándose con el local que tenía sino recuerdo mal  su hermano Francisco al lado  y más tarde en los años setenta otra nueva ampliación del local. Al final fue también  concesionario varias décadas de la marca Citröen hasta que Ismael dejó al jubilarse el negocio. 

Locales de los talleres de Ismael


Con Ismael trabajaron varios mecánicos sobresaliendo su sobrino Víctor, que con el tiempo lo dejó trasladándose a otra provincia del Levante. Ramón Martínez que estuvo desde muy joven, primero de aprendiz, desde que salió de la escuela, hasta que se cerró definitivamente esta actividad con el arrendatario del taller después de la jubilación del propietario. De los últimos trabajadores que tuvo Ismael fue Mateo Jiménez y Domingo Perona.

El taller de Juan el Mecánico. Este taller se inicio con la terminación de las obras del Pantano donde Juan fue mecánico. Este taller estuvo ubicado en los que hoy es el salón de bodas del hotel Arroyo
Espacio que anteriormente ocupaba el taller de Juan.


Juan tuvo varios aprendices en su taller, pero el único que trabajó varios años fue su hijo hasta que varios años después de casarse emigró a tierras alicantinas. Casi siempre estuvo solo Juan trabajando en su taller hasta que llegó su jubilación  y vendió la maquinaria y el local para la ampliación del hotel.

El tercer taller mecánico fue el de José Caballero que estuvo en los bajos de su vivienda en la calle Carretera, junto a la tienda de los Mazas y el hogar del jubilado. Fue el último de los tres que cerró cuando le llegó la jubilación a José y no quedarse nadie con él.
Lugar donde estuvo el taller de José Caballero. todavía se puede ver la puerta de entrada del taller.
A principios del siglo actual se abrió otro taller en la calle del Río regentado por los hermanos Martínez Guerrero. Estuvo poco tiempo en funcionamiento, porque estos hermanos cambiaron de actividad profesional y el taller se cerró. 
Local hoy. vació del taller de los hermanos Martínez Guereero


También hubo otros dos talleres relacionado con la electricidad del automóvil. El de Antonio Torres y el de fuera su aprendiz Eduardo Martínez. Pero estos me gustaría ponerlos en otro apartado, el de los talleres de reparaciones de aparatos eléctricos.



TALLERES ELÉCTRICOS


La semana pasada nos quedamos hablando de los talleres mecánicos y con los de electricidad del automóvil.

Pero antes hubo una actividad de talleres de aparatos eléctricos.

El primer taller de esta actividad lo montó Leovigildo antes de casarse junto con un hermano más joven llamado Sérvulo. Se dedicaba  a arreglar motores eléctricos, sobre todo el cableado de las bobinas de estos motores. Otros trabajos, que cada vez eran más frecuentes, eran los arreglos de los aparatos de radio. Con el tiempo fueron apareciendo los primeros televisores en el pueblo y con ello las averías.



Como vimos en programas anteriores, cuando hablábamos de los cines, Leovigildo era el maquinista del cine Andalucía. Otra actividad relacionada con máquinas y electricidad.

No sé si ya en esa época  primera de maquinista de cine tenía su taller de reparaciones de aparatos eléctricos. Pero si me acuerdo cuando se casó y vivía al lado de mi casa y allí tenía su taller  de reparaciones de aparatos eléctricos.

También me acuerdo de ir con él a cortijo de los Roques a mirar o programar la televisión que tenían en ese lugar. Quizá fuese la primera televisión que hubo en el pueblo o en su término.


Después con otra televisión Marconi, que puso Leovigildo en el salón parroquial. Aquí vi el primer mundial de futbol, el de Inglaterra. También estuvo esta televisión en uno de los salones de la parte de arriba del cine Andalucía, el de invierno.
La casa de la izquierda donde tuvo su último taller Leovigildo.


Después se trasladaron a vivir a otros territorios los dos hermanos y esta actividad cesó, era bien entrado los años sesenta. Con el tiempo Leovigildo regresó al pueblo y siguió con esta actividad pero ya sólo con las televisiones y con uno de sus hobby arreglo de aparatos de radios antiguas.

A Leovigildo le sucedió en el arreglo de aparatos o motores eléctricos Antonio Torres. Este fue derivando de los motores eléctricos a la electricidad del automóvil

Tenía Antonio su taller en su domicilio particular. Donde antiguamente tuvo su padre el bar y después su mujer la tienda de chucherías. De aquí se hizo un taller en un nuevo local, el que tiene su hijo Félix. Por motivos de salud tuvo que dejarlo, hasta que su hijo lo abrió de nuevo.
Casa donde empezó Antonio con su primer taller eléctrico.


Antonio  tuvo como aprendiz a Eduardo Martínez durante varios años. Este se abrió su taller en un local de Ismael, el primero que tuvo este debajo de su vivienda. De aquí pasó a la acera de enfrente con uno de su propiedad. Este lo tiene hoy en día otro taller mecánico, el de Álvaro Ruiz, aunque este, por poco tiempo.
Taller de Eduardo.


 En la actualidad hay dos talleres de electricidad del automóvil en el pueblo.

A propósito de los talleres eléctricos, en cuanto a las reparaciones de televisores, hubo un tiempo que Antonio Serrano también la desarrolló.

           Tras el boom de las primeras televisiones de a finales de los años sesenta y setenta, aquí en esa fecha no había ningún técnico que las arreglase cuando se averiaban. Tenían que venir los técnicos de las  diferentes marcas para su arreglo. 
La casa y local de Juan Diego donde estuvo su tienda de electrodomésticos Serrano


Serrano que trabaja con su tío Antonio Ortega, fue de manera casual y puntual técnico de aquellas televisiones en blanco y negro que su tío vendía y él las colocaba poniéndolas en funcionamiento. Cuando se averiaban o se perdían la señal, él era el primero en acudir a la casa donde esto sucedía. Iba comprobando lámparas hasta que daba con alguna que hacía que el televisor se viese. Si tenía alguna otra avería tenía que acudir el técnico apropiado.
        
           Hoy día parecen que las televisiones aguantan más sin estropearse por el uso.
              Y para finalizar tenemos, aunque no es un taller eléctrico, un taller ya desaparecido de lavado y engrase. Fue el primer negocio de este tipo que se puso en el pueblo. Empezó su andadura a finales de los setenta dirigido por Pedro López, en la calle carretera entre la discoteca La Cancela y taller eléctrico de Antonio Torres. 
     En los noventa Pedro dejó este negocio y alquiló el local a la discoteca La Cancela, para la ampliación de esta. con el tiempo también fue almacén de fruta de los Hermanos Becerra.


Local de Pedro López donde tuvo su taller de lavado y engrase.