LOS
SAN MARCOS QUE NO SE HICIERON
La
fiesta de San Marcos no es la primera vez que no se celebra en nuestro pueblo.
En el siglo XX ya hubo cuatro años que no se celebró. En la mente de muchos
están los años de la Guerra Civil, pero además hubo otro año que no fue por motivos de gravedad
social como aquellos y este que nos toca ahora vivir.
El
Santo, desde siempre fue un protector de nuestro pueblo o pueblos contra las
epidemias de nuestros campos. Los pueblos antiguos de casi toda España lo
tenían como protector contra las plagas de las langostas que periódicamente
asolaban las cosechas en tiempos pretéritos.
Con
anterioridad a San Marcos, en esta fecha fija del 25 de abril, había dioses
paganos que hacían de protectores de los campos de otras plagas como el
carbunco o tizón, el dios Róbigo, o como aquellos dioses autóctonos de los
pueblos íberos que celebraban sus ritos del
toro ensogado, los dioses Bandua o Cossio o el mismísimo Marte indígena.
Cuando
llegó nuestra religión cristiana a España se volvieron aquellas fiestas a hacer
bajo la advocación de las Rogativas. Siempre en el mismo día 25. Nuestro Santo
ya hacía cientos de años que había muerto martirizado ese mismo día 25 de abril,
pero en la Europa cristina todavía no era reconocido como tal patrón. Esto
sucedió con la llegada de los cruzados al relacionarse con los cristianos
coptos de Egipto, donde lo tenían como su Santo Patrón o como su primer Papa.
Aquellos
votos que los pueblos de nuestro entorno que conforme se iban reconquistando
estas tierras a los árabes le iban haciendo un voto para que les defendieran
des esas epidemias. Aquellas eran a favor del campo que en estas fechas empieza
a tomar esplendor. Quizá si tuviéramos la misma fe que aquellas personas de la
baja Edad Media, renacentistas y sobre todo barrocos, en estas fechas podríamos
reafirmar aquellos votos en este San Marcos y quizá también como aquellos que
tenían fe en él y veían sus campos libres de las langostas, nosotros nos
libráramos de este maldito virus.
En
estas tierras, de La Mancha y de Jaén, que nos rodean tenían a otros patronos
que defendían a las personas de plagas parecidas a esta y con mayores pérdidas
de vidas, por la situación de la sanidad de aquellas épocas solamente servía el
confinamiento, a igual que hoy. Me refiero a estas dos provincias, pues estas
tierras pertenecieron respectivamente a las dos, a la primera hasta el primer
tercio del siglo XIX y desde entonces a Jaén plenamente.
El
Santo patrón que teníamos aquí era San Sebastián que nos protegía de la peste.
También se sacaba al Santo de romería y tenía ermitas en los pueblos de estas
provincias.
Pero
claro, hace falta tener fe, mientras las autoridades sanitarias nacionales no
digan otra cosa tener que dejar de pensar en la fiesta y jolgorio. Ahora nos
toca aguantar para que esto se acabe y de acordarnos de las personas que ya no
podrán ver jamás un San Marcos, aunque en nuestro pueblo no se dé el caso. Y de
aquellas que dentro de muy poco tiempo, si ya no lo están, lo pasarán mal por
la crisis económica que esta epidemia nos va a dejar.
Volvamos
al título de este escrito. Los años de 1937-38, fueron los que nos pilló San
Marcos en la Guerra. En el 1939, casi un mes antes, se acabó la Guerra. Se
podía haber celebrado la fiesta, pero que ganas podría haber en el pueblo de fiesta cuando la mayoría de sus
jóvenes que venían de frente tenían problemas con las nuevas autoridades
victoriosas. Además no había dinero para comprar vacas o toros, pues lo que
habían hecho con sus animales la fiesta, ya no tenían posibles.
Durante
este mes de abril iban volviendo al pueblo aquellos que habían participado en
la guerra desde las distintas partes de España o mejor dicho frentes de guerra
donde le había pillado el final de la guerra. Algunos los más jóvenes apenas
tuvieron problemas con las autoridades militares que ocupaban el pueblo, pero
otros de más edad fueron retenidos y enviados a prisión por algún tiempo. Por
eso creo que este San Marcos no se celebró.
En
siguiente que no se celebró fue en el año 1958. De este me cuerdo, como se
podrá acordar un niño de casi seis años cuando pasen 62 años más.
Entonces
vivía en la carretera al lado de la casa de mis abuelos maternos. Cuando me
levanté y vi que no había toros aquel 25 de abril, el cabreo fue grande y no si
lloré, mi abuelo nos decía que “los hombres no lloran aunque se pisaran las....”
Mi madre para consolarme aprovechó que pasaban el fotógrafo, no sé que hermano era de los Lumbreras, creo que Juan
Antonio o Francisco, para que me hicieran una foto con mi hermana que apenas
tenía un año.
En
este San Marcos, que no fue tal, la gente joven se fue aquella mañana a la
estación del tren a pasar por lo menos hasta el mediodía. De esto si me acuerdo
bien, de lo que no me acuerdo es de por que no se hizo la fiesta. Se pudieron
juntar dos problemas: la anarquía con la que se organizaba la fiesta sin nadie
responsable de ella, no había Hermandad, o por la no autorización por parte de
la administración provincial, el Gobernador Civil. En esto último, hace algunas
décadas hablando con alguien de Beas, me dio a entender que no dejaban hacer
San Marcos y algunos potentados de Beas se amotinaron delante del Ayuntamiento
amenazando levantar todo el paseo con sus animales de labranza. No sé si sería
o coincidiría con esta fecha o año de 1958 o si en Beas por fin sacaron
animales a la calle.
Todo
esto lo estoy escribiendo cuando estaría en condiciones normales sentando en la
grada esperando la entrada de los camiones con los toros precedidos
por la banda de música de nuestro pueblo en el primer desencajonamiento de este
luctuoso año. El cohete acabo de oírlo, alguien no sé, acaba de tirarlo.
Anoche
cuando iba a empezar el pregón se oyeron la llamada de los cohetes al acto.
Mañana se oirán otra vez a esta hora en el día grande del desencajonamiento y a
las nueve se oirá, a igual que hoy, qué todos los toros están encerrados. El
día de Santo, que sería uno de los más grandes por caer en sábado, estaría a
rebosar por los foráneos que sin prisa para volver a sus localidades de
destino, lo agotarían hasta el fin.
Dicho
todo esto, sólo me cabe decir que San Marcos volverá el año que viene y
nosotros estaremos esperándolo como esperamos también que este enemigo que nos
ha dejado este año sin él, haya desaparecido para siempre o por lo menos se
pueda combatir como se hace con otros parecidos o enfermedades contagiosos.
¡
Viva San Marcos! Ni el tiempo, ni las plagas, ni las guerras han podido con él.
¡Viva San Marcos!.
ANDRÉS
MARÍN SÁNCHEZ. Año del coronavirus.