jueves, 23 de abril de 2020

LOS SAN MARCOS QUE NO SE HICIERON


LOS SAN MARCOS QUE NO SE HICIERON

La fiesta de San Marcos no es la primera vez que no se celebra en nuestro pueblo. En el siglo XX ya hubo cuatro años que no se celebró. En la mente de muchos están los años de la Guerra Civil, pero además hubo  otro año que no fue por motivos de gravedad social como aquellos y este que nos toca ahora vivir.
El Santo, desde siempre fue un protector de nuestro pueblo o pueblos contra las epidemias de nuestros campos. Los pueblos antiguos de casi toda España lo tenían como protector contra las plagas de las langostas que periódicamente asolaban las cosechas en tiempos pretéritos.
Con anterioridad a San Marcos, en esta fecha fija del 25 de abril, había dioses paganos que hacían de protectores de los campos de otras plagas como el carbunco o tizón, el dios Róbigo, o como aquellos dioses autóctonos de los pueblos íberos que celebraban sus ritos del  toro ensogado, los dioses Bandua o Cossio o el mismísimo Marte indígena.
Cuando llegó nuestra religión cristiana a España se volvieron aquellas fiestas a hacer bajo la advocación de las Rogativas. Siempre en el mismo día 25. Nuestro Santo ya hacía cientos de años que había muerto martirizado ese mismo día 25 de abril, pero en la Europa cristina todavía no era reconocido como tal patrón. Esto sucedió con la llegada de los cruzados al relacionarse con los cristianos coptos de Egipto, donde lo tenían como su Santo Patrón o como su primer Papa.
Aquellos votos que los pueblos de nuestro entorno que conforme se iban reconquistando estas tierras a los árabes le iban haciendo un voto para que les defendieran des esas epidemias. Aquellas eran a favor del campo que en estas fechas empieza a tomar esplendor. Quizá si tuviéramos la misma fe que aquellas personas de la baja Edad Media, renacentistas y sobre todo barrocos, en estas fechas podríamos reafirmar aquellos votos en este San Marcos y quizá también como aquellos que tenían fe en él y veían sus campos libres de las langostas, nosotros nos libráramos de este maldito virus.
En estas tierras, de La Mancha y de Jaén, que nos rodean tenían a otros patronos que defendían a las personas de plagas parecidas a esta y con mayores pérdidas de vidas, por la situación de la sanidad de aquellas épocas solamente servía el confinamiento, a igual que hoy. Me refiero a estas dos provincias, pues estas tierras pertenecieron respectivamente a las dos, a la primera hasta el primer tercio del siglo XIX y desde entonces a Jaén plenamente.
El Santo patrón que teníamos aquí era San Sebastián que nos protegía de la peste. También se sacaba al Santo de romería y tenía ermitas en los pueblos de estas provincias.
Pero claro, hace falta tener fe, mientras las autoridades sanitarias nacionales no digan otra cosa tener que dejar de pensar en la fiesta y jolgorio. Ahora nos toca aguantar para que esto se acabe y de acordarnos de las personas que ya no podrán ver jamás un San Marcos, aunque en nuestro pueblo no se dé el caso. Y de aquellas que dentro de muy poco tiempo, si ya no lo están, lo pasarán mal por la crisis económica que esta epidemia nos va a dejar.
Volvamos al título de este escrito. Los años de 1937-38, fueron los que nos pilló San Marcos en la Guerra. En el 1939, casi un mes antes, se acabó la Guerra. Se podía haber celebrado la fiesta, pero que ganas podría haber en el  pueblo de fiesta cuando la mayoría de sus jóvenes que venían de frente tenían problemas con las nuevas autoridades victoriosas. Además no había dinero para comprar vacas o toros, pues lo que habían hecho con sus animales la fiesta, ya no tenían posibles.
Durante este mes de abril iban volviendo al pueblo aquellos que habían participado en la guerra desde las distintas partes de España o mejor dicho frentes de guerra donde le había pillado el final de la guerra. Algunos los más jóvenes apenas tuvieron problemas con las autoridades militares que ocupaban el pueblo, pero otros de más edad fueron retenidos y enviados a prisión por algún tiempo. Por eso creo que este San Marcos no se celebró.
En siguiente que no se celebró fue en el año 1958. De este me cuerdo, como se podrá acordar un niño de casi seis años cuando pasen 62 años más.
Entonces vivía en la carretera al lado de la casa de mis abuelos maternos. Cuando me levanté y vi que no había toros aquel 25 de abril, el cabreo fue grande y no si lloré, mi abuelo nos decía que “los hombres no lloran aunque se pisaran las....” Mi madre para consolarme aprovechó que pasaban el fotógrafo, no sé que  hermano era de los Lumbreras, creo que Juan Antonio o Francisco, para que me hicieran una foto con mi hermana que apenas tenía un año.
En este San Marcos, que no fue tal, la gente joven se fue aquella mañana a la estación del tren a pasar por lo menos hasta el mediodía. De esto si me acuerdo bien, de lo que no me acuerdo es de por que no se hizo la fiesta. Se pudieron juntar dos problemas: la anarquía con la que se organizaba la fiesta sin nadie responsable de ella, no había Hermandad, o por la no autorización por parte de la administración provincial, el Gobernador Civil. En esto último, hace algunas décadas hablando con alguien de Beas, me dio a entender que no dejaban hacer San Marcos y algunos potentados de Beas se amotinaron delante del Ayuntamiento amenazando levantar todo el paseo con sus animales de labranza. No sé si sería o coincidiría con esta fecha o año de 1958 o si en Beas por fin sacaron animales a la calle.  
Todo esto lo estoy escribiendo cuando estaría en condiciones normales sentando en la grada esperando la entrada de los camiones con los toros precedidos por la banda de música de nuestro pueblo en el primer desencajonamiento de este luctuoso año. El cohete acabo de oírlo, alguien no sé, acaba de tirarlo.
Anoche cuando iba a empezar el pregón se oyeron la llamada de los cohetes al acto. Mañana se oirán otra vez a esta hora en el día grande del desencajonamiento y a las nueve se oirá, a igual que hoy, qué todos los toros están encerrados. El día de Santo, que sería uno de los más grandes por caer en sábado, estaría a rebosar por los foráneos que sin prisa para volver a sus localidades de destino, lo agotarían hasta el fin.
Dicho todo esto, sólo me cabe decir que San Marcos volverá el año que viene y nosotros estaremos esperándolo como esperamos también que este enemigo que nos ha dejado este año sin él, haya desaparecido para siempre o por lo menos se pueda combatir como se hace con otros parecidos o enfermedades contagiosos.
¡ Viva San Marcos! Ni el tiempo, ni las plagas, ni las guerras han podido con él. ¡Viva San Marcos!.
ANDRÉS MARÍN SÁNCHEZ. Año del coronavirus.