jueves, 10 de febrero de 2022

                                  REGION ORETANA

CRUZADA CONTRA EL ANALFABETISMO ESCUELAS Y CAMINOS

Seguimos con la anterior entrada con la del día 25 del 1 de 1930 en el periódico El Liberal. el artículo está firmado por el mismo dirigente y animador de esta Liga de la Región Oretana, José Pérez-Chicharro y Maroto, gran defensor de la educación pública gratuita y de esta Oretania a la que pertenecemos por historia, aunque hoy en día nadie habla de ella y menos de esta liga fundada por este personaje. Se habla solamente de los tiempos prerromanos y de los pueblos que habitaban la Península. Dejemos hablar  y ver este escrito  de hace algo más de 90 años.

Desde hace unos cuantos años, no muchos, se nota cierto despertar en todos los pueblos de esta región. A medida que aumenta el bienestar se abren apetencias de cultura en todos los pueblos oretanos, sobre todo en los comprendidos en lo que podría formar la provincia vitivinícola y olivarera de Valdepeñas.

Sí consultamos las estadísticas, la impresión que se saca no puede ser más desoladora: ni escuelas ni caminos; pero si visitamos los pueblos y las aldeas, el ánimo se conforta; en todas partes encontramos anhelos de redención; en todas partes piden le mismo: escuelas y caminos, para terminar con el analfabetismo reinante, que los abate y aniquila.

En todos estos pueblos oretanos existe espíritu de cruzados contra la incultura prepotente; en todas partes se preparan para darle la batalla; pero como de ellos no depende solamente, la cruzada redentora avanza a paso de tortuga, al punto de que cada vez es mayor el número de analfabetos.

 Se crean escuelas; pero en tan corto número, que ni aun es suficiente para cubrir las necesidades del aumento de población. Las escuelas aumentan pausadamente, y la población rápidamente, y de ahí la causa de que nunca se cubra el déficit. Las causas del analfabetismo en estos pueblos oretanos, en estos lugares de la provincia vitivinícola y olivarera de Valdepeñas, no son otras que la falta de escuelas y caminos.

No hablemos de las villas y ciudades, pues no hay una sola en esta  dilatada comarca que tenga las que precisa su censo escolar. No hablemos tampoco de las aldeas, donde se encuentra un centenar sin escuelas, muchas sin caminos firmes,  otras que, aun contando con estación de ferrocarril o siendo cruzadas por carretera, no tienen escuela; sirvan de ejemplo Venta de Cárdenas, Pozo de la Serna y Montanchuelos, etc., etc.

 Un observador superficial que no tuviera en cuenta las muchas súplicas que suelen hacer los aldeanos para tener escuelas, puede que saque la impresión, nada halagadora, de que ésta es una raza atávica sin esperanzas de salvación. Pero tiene en cuenta su laboriosidad y capacidad para el trabajo; sí tiene en cuenta su tenacidad para convertir los eriales más grandes en frondosos viñedos u olivares, no podrá por menos de admirar a estos pueblos, confinados entre valles y montañas, pata pasar pronto a formar con ellos la cruzada contra el analfabetismo, que sólo por sus apetencias de cultura en todos los pueblos grandes y pequeños se está formando.

Que no existan todas las escuelas precisas en todos los pueblos de los partidos de Alcaraz, Orcera, Villacarrillo. Infantes, Manzanares, Calzada y Valdepeñas, no le echemos toda la culpa a los Ayuntamientos, aunque tengan alguna, y no poca, salvo raras excepciones; echemos la culpa a una burocracia absorbente, que con sus obstáculos y parsimonia es capaz de hacer abortar los más firmes propósitos. Muy complicada resulta la acción burocrática sobre la creación de escuelas para que pueda ser soportada con entusiasmo hasta el final por los ingenuos aldeanos; dos y tres años tardan en ser resueltos los expedientes sobre creación de escuelas, y como a esto hay que agregar el tiempo que se tarda para resolver el expediente sobre construcción de la casa-escuela ]y vivienda para los maestros, siempre resulta el cuento de no terminar, para acabar por seguir alojadas las escuelas en locales detestables y los maestros tener que vivir en cortijos indeseables y nada higiénicos.

La cruzada contra el estigma del analfabetismo está en marcha, y a ella se irán sumando todos los hombres amantes de un rápido resurgir de la patria. La incultura del pueblo oretano no es por causas distintas a la falta de escuelas, ni mucho menos porque sea una raza depauperada, sino por ser un pueblo aferrado al trabajo, que aún no sabe pedir lo que necesita y le corresponde en justicia.

 No se resuelve el tenebroso problema creando solamente escuelas en todas las aldeas; es preciso dotarlas de buenos locales, dar buena casa-habitación el maestro para que se encariñe con el pueblo y no decaigan su vocación y su entusiasmo; es preciso que todas las aldeas tengan escuela y camino transitable hasta el Ayuntamiento más próximo; es preciso que reciba diariamente su correspondencia por medio de su peatón cartero; es preciso que la aldea tenga fáciles comunicaciones con e1 mundo culto y civilizado; que se terminen carreteras cortadas por imposición de oligarcas y caciques; que se hagan las carreteras de Castellar de Santiago a Montizón, la de Villamanrique a Arroyo del Ojanco y otras muchas que no pasan do proyectos. Sin cumplir estas condiciones es absurdo pensar en la civilización de los campos, ni que se ha de sumar al progreso de la patria nunca la aldea, ni de pensar en cortar ni aminorar la emigración de los campesinos hacia la ciudad, que deja desiertos los campos y con ello estériles las principales fuentes de la riqueza nacional.

J. Pérez-Chicharro y Maroto Prados de Armijo y enero 1830.