jueves, 10 de febrero de 2022

 REGIÓN ORETANA 

EL DISTRITO MONTIZÓN-ORCERA

SITUACIÓN ANGUSTIOSA 

En El Liberal del 25 del 1 de 1931 tenemos otro artículo sobre nuestra tierra o comarca sobre  la problemática  de estas tierras que si se hubiese hecho algo de lo que se pedía en estos artículos otra cosa nos hubiese parado el destino. vayamos al artículo 

         

Mal ha principiado el año para los moradores de las aldeas y cortijadas enclavadas dentro del distrito de Montizón- Orcera. Los fríos y las heladas acompañadas de fuertes nevascos han dejado sentir su rigor el primer día del año. Fríos y heladas que se hacen mucho más sensibles por encontrarse los campesinos mal abrigados y peor alimentados por la falta de jornales. La situación angustiosa no alcanza solamente a los braceros, sino que se hace extensiva a los pequeños  y medianos propietarios. Pues si los jornaleros no encuentran trabajo y por ello carecen de recursos, no se encuentran mejor  defendidos contra la miseria los pequeños y medianos propietarios ya que estos tuvieron que mal vender sus cosechas y hoy se encuentran  sin fruto y sin dinero.

Las órdenes dadas por el gobernador civil para que los trabajadores sean repartidos entre los propietarios que les den trabajo, no rinden los frutos anhelados, pues fuera de unos cuantos grandes capitalistas que puedan hacer frente a la situación sin merma de su crédito los demás no lo pueden hacer sin agravar más y más su penosa situación. Disposición de gran valía para conjurar un conflicto momentáneo; pero que nada consigue cuando la crisis tiene carácter, como ahora, de ser crónica. La cosecha de cereales fue mala en esta comarca, los huertales dejaron escaso rendimiento incapaz para hacer frente con sus frutos a todo el invierno, y para que todo fuera malo, el otoño hizo con su pertinaz sequía mucho daño en los ganados.

 Carentes de recursos y sin cosecha de aceituna, la situación no puede ser más calamitosa, no habiendo más que un recurso para impedir que el hambre haga estragos en los hogares de los sufridos campesinos, y es que el Gobierno emprenda grandes obras públicas donde encuentren trabajo millares de obreros famélicos por falta de trabajo.

Las obras a ejecutar deben ser aquellas que desde luego respondan a un fin nacional, hechas con las debidas garantías de solidez. Intensificadas las obras del pantano del Tranco, las del ferrocarril de Baeza a Albacete ocuparían a centenares de obreros: pero como la crisis es muy intensa por comprender a jornaleros, pequeños y medianos propietarios; el conflicto quedaría aún por resolver, pero como complementarias de estas grandes obras de carácter nacional existen otras, no se deben dejar para luego y proceder inmediatamente a su construcción.

El pantano del Tranco, la línea de Albacete a Baeza y la carretera de primer orden desde Valdepeñas a Santiago de la Espada son obras de gran interés nacional, de positivo rendimiento, contribuyendo una vez terminadas en grado superlativo a resolver el hondo problema nacional de la carestía de la vida. Fomentan la producción y abaratan los transportes por reducir los recorridos en unos casos y en otros por poner cerca de los puntos de consumo productos que hoy se pudren por no compensar los precios los gastos de transportarlos a lomo.

La crisis comprende a diecisiete municipios, integrados por centenares de aldeas y cortijadas que no cuentan con más defensa que la que les rinde la recolección de aceituna, y como ahora do la tienen no les queda más recurso que morir de hambre o emigrar a tierras extranjeras, siempre que el Gobierno no salga pronto en auxilio de ellos.

 El Sr. Estrada en su reciente viaje  por Andalucía pudo contemplar bien la crisis que reina en toda la región, reconociendo que en algunos puntos es mucho más grave que en otros, siendo precisamente en éstos donde debe fijar mejor su atención  el Gobierno para que no muera nadie de hambre por falta de trabajo cuando hay obras de gran provecho nacional que esperan legiones de obreros para enriquecer la economía española con sus grandes aportaciones de riqueza.

Carretera de primer orden de Valdepeñas a Santiago de la Espada, pantano del Tranco. vía de Albacete a Baeza, la carretera de segundo orden de la Puebla del Príncipe a Puente de Génave y la de Castellar de Santiago a Santisteban con la de Ventaquemada  a Montizón asegurarían trabajo a millares de jornaleros hasta la  próxima cosecha.

La carretera de Valdepeñas a Santiago de la Espada es la que resolvería la mayor parte y mejor del problema, por pasar por el centro donde están los focos más intensos de la crisis  trabajo, sobre todo los trozos comprendidos desde Entreventas por Prados de Armijo a Cañada Catena y desde Cortijos Nuevos a Santiago de la Espada, pues además de ser la crisis de trabajo  más aguda y extensa no existe ninguna clase de camino por donde puedan vadear lso ríos Guadalmena, Guadalimar, Hornos y Segura, sin contar  arroyos de gran importancia, como el Ojanco.

Debido a las circunstancias de encontrarse muy diseminada la población en este distrito de Montizón-Orcera, hace que todos los días no puedan llegar los lamentos de estos campesinos hasta el Gobierno, pues viviendo como viven aislados de todo  el mundo, sin  comunicaciones y sin escuelas, el 80 por100 sumido en las tenebrosidades de la ignorancia y sin peatón cartero que les pueda llevar  cartas y periódicos, hace que nadie se acuerde de ellos, ni que nadie  se tome el trabajo de pedir por ellos. No  serán los caciques los que pidan trabajo, escuelas y caminos para ellos, pues entre más famélicos, más  ignorantes y más aislados es más fácil suplantar su voluntad para cotizarlo luego  a alto precio.

 La crisis de trabajo, donde podría haberlo en abundancia, encierra un  serio peligro económico social: o la gente emigra a las grandes poblaciones, complicando la vída de las mismas, o se mueren de  hambre en sus hogares; desde  el punto de vista que se mire siempre resulta grave y tenebroso.

No nos cansaremos da escribir en defensa del pan y la vida de estos abnegados campesinos mientras contemos con la benevolencia hospitalaria de EL LIBERAL, ni descansaremos hasta ver trabajando a los obreros en la carretera de Valdepeñas por Prados de Armijo a Santiago de la Espada.

 Obras de interés general cuentan siempre con nuestra simpatía; pero  jamás aquellas de interés caciquil ni electoral, que suelen proyectarse para no hacerse nunca y si se hacen es en beneficio particular, a costa de los intereses sagrados de la nación. Sin confundir nunca la dirección Norte a Sur con la Este a Oeste, como les sucede a ciertos técnicos, para favorecer intereses caciquiles y oligárquicos, continuaremos a despecho de los caciques por el camino recto de la justicia, la razón y la verdad.

Señor presidente del Consejo de ministros, señor ministro de Fomento; el problema planteado por la nulidad de cosecha en los hogares del distrito Montizón-Orcera es suma mente grave; la falta de ocupación en la casi totalidad de la población, la falta de trabajo, acompañada por su inseparable compañera el hambre, hace la vida lúgubre, penosa y triste, no teniendo nadie poder para conjurar sus nefastas consecuencias más que V. E., por tener en sus manos los contundentes y eficaces remedios. El hambre y sus estragos se pueden combatir con el trabajo, y si no lo hay, puede haberlo. Tan pronto como lo ordene V. E. habrá trabajo para todos. En nombre de millares de campesinos parados, en nombre de sus hijos sin pan, suplico a V. E. se digne ordenar la pronta construcción de una carretera de primer orden de Valdepeñas por Cabeza de Buey, Dos Hermanas, Gualen, Entreventas, Arroyo del Ojanco, Prados de Armijo, Cañada Catena, Cortijos Nuevos. Hornos a Santiago de la Espada, principiando las obras por aquellos trozos donde además de ser más necesario sea la crisis más intensa.

La mayor y mejor obra que puede hacer un Gobierno es combatir con eficacia la incultura nacional de los campos y las almas, construyendo buenos caminos y mejores escuelas para que no quede ni un palmo de terreno sin su cultivo adecuado ni una inteligencia sin recibir la educación que sus condiciones de ser humano reclaman y merecen.

J. PEREZ CHICHARRO.

 Prados de Armijo, enero 1931.