LAS TIENDAS
Recordaremos
las tiendas que había en nuestro pueblo
y que han desaparecido o que han dado lugar a otras que existen hoy día.
Antiguamente no existían tiendas. En las ventas que había
era donde se podían comprar o abastecerse de producto que no se daban por aquí.
Los arrieros, primero, eran los que traían mercancías producidas en otros lugares, ya bien por
encargo o por hacer comercio ellos mismo con ellas. Después otros, los recoveros,
fueron los que nos visitaban por las calles con sus productos y baratijas, como
hacen hoy día los vendedores ambulantes y algunos en el día del mercadillo
recorren las cortijadas con un pequeño supermercado en su furgón llevando, en
pequeñas cantidades, casi todo tipo de alimentos.
Empezaremos con una de las más antiguas, las de los
Chervanos o de Miguel Luna. Ya a principio de los años 30 la regentaba Juan
Pedro Luna Cuadros. No sé si estuvo siempre en el mismo local donde la
conocimos, pues esta familia tenía casas en la otra orilla de la carretera, yo
la conocí en donde su sobrino nieto hizo un local nuevo y en él se ubicó la
agencia de seguros Generali y ahora una
tienda de ropa, junto a la nueva cafetería y cerca del Udaco. Al principio fue
una tienda de toda clase de mercancías y después con el tiempo solo de tejidos,
teniendo estos en sus tiempos gran prestigio.
Casa de la familia Luna donde estuvo la tienda de Miguel. |
Otra de las antiguas, también ubicada en la carretera, fue
la de la María de Sandoval. Esta estaba en la esquina que hace la carretera con
la calle Bolea. Era de las llamadas de ultramarinos. Había de todo, hasta agua
para los garbanzos. Era regentada por la familia Sandoval, Antonio y María,
siendo esta la propietaria del local. Me acuerdo que eran propietarios de los
pocos coches que había en los años cincuenta. En los años 60 traspasaron este
local, así como la casa a Juan de Dios y su mujer Dulce, cuando se murió la
propietaria María la de Sandoval. Esta familia de Juan de Dios Sánchez vendió
el edificio cerrándose definitivamente el negocio que tantos años hubo en él.
La tienda de Sandoval en los años 50, en la esquina de la izquierda. |
También en la calle carretera, pero enfrente de esta tres
puerta más debajo de la esquina con la carretera de Fuentebuena o de la tienda
de la fotógrafo Anabel, estaba la tienda de Paco Liñan más conocido como Paco Flor.
Se le conocía por este nombre por el de su mujer que se llamaba Flor. Esta
tienda tenía de todo como aquellas tiendas de ultramarinos que además eran
también librerías donde se vendía todo lo necesario como materiales escolares.
En esta había hasta papel de barba, aquel papel especial para los escritos
oficiales. A Paco Liñán no le gustaba que le llamasen Paco Flor y se cabreaba
cuando alguien lo nombraba de esta manera. Su hija Alicia le ayudaba en la
tienda hasta que se tuvo que ir a otro lugar por el trabajo de su marido Poco
tiempo después de su muerte de Paco, la tienda desapareció y la casa la
vendieron estando el lugar y la fachada de la casa igual que cuando estaba la
tienda.
La tienda de Paco Liñán o de la Flor, su mujer. |
Muy cerca de esta estaba la tienda de los Lumbreras. Estaba
en la casa que es hoy día Mari Luz Lumbreras entre la calle
Carretera y la calle Rosales. La tienda tenía dos entradas, una por la calle
Rosales y la otra por la otra parte de la carretera de Fuentebuena. Los
comestibles estaban en la parte de la calle Rosales y los tejidos en la
travesía de la carretera. Aquí trabajaban todos los hermanos y hermanas junto
con la madre Orosia. También como todo el mundo sabe eran los fotógrafos del
pueblo y desde 1960 hasta 1976 también llevaban el cine, primero el Lumbreras y
después también el Andalucía. Con el tiempo, a mediados de los años 70, se
dividió esta tienda en cuatro más: Juan Antonio Lumbreras, donde está la de su
hija, de tejidos y regalos. La de Juan Zorrilla y Mari Luz en el numero dos de
la calle Rosales, ya desaparecida. Luis Lumbreras en la calle San Francisco,
donde vive hoy día su hijo Jesús y la de Francisco Lumbreras y su mujer
Genoveva, hoy mercería Inma en la calle de las Viñas.
Edificio donde se ubicaba la primitiva tienda de los Lumbreras.
|
La de Antonio Ortega. Esta tienda empezó como de ultramarinos
también un poco después que estas. Hoy sigue existiendo con otra actividad y en
otro lugar llevada por su hijo Antonio, recientemente fallecido, como muebles Ortega. Al principio estaba
ubicada en la calle carretera, en la casa que fue de Paco Gilabert y hoy de sus
descendientes su mujer y sus tres hijos. Esta casa esta entre la de la
exposición de su hermano José y el solar de la posada al otro lado. En este
lugar estuvieron hasta que se hicieron la casa uno metros de la anterior
haciendo esquina con la calle de San Francisco.
Casa de Paco Gilabert |
Esta tienda en su día y en este
lugar, fue muy espaciosa moderna. En ella cada vez fue decayendo la parte
dedicada a los comestibles y reforzándose la de los muebles y
electrodomésticos, quedándose estos últimos como la única actividad de este
negocio. Una vez traspasado el negocio al nuevo local, enfrente de la Iglesia,
ha estado algunos años otro negocio de
ropas y de utensilios de casa a manos de unos marroquíes y hoy día está cerrado
este local. Anteriormente su suegro Francisco Gilabert García tenía en los años
30 una tienda de comestibles hasta su muerte en el 1936.
Casa de Antonio Ortega |
Otra tienda de ultramarinos que tuvo mucha aceptación en su
día, fue la de la tía Carmen Juárez esposa del tío José Ortiz el de la tejera.
Estaba ubicada en la carretera al mismo cruzar el puente, el edificio está derribado y es hoy día propiedad del ayuntamiento. En este
lugar los que más se vendía eran los comestibles. Y en una época que no había
tienda de chucherías, aquí se podían comprar lo más parecido a ellas. Al estar
de paso de la mitad de los chiquillos del pueblo a la ida y vuelta de la
escuela, era el lugar donde comprábamos la onza de chocolate de los Muñecos que
luego nos comíamos con el bollo o la torta de azúcar que comprábamos en la
panadería de Fernando Almagro. La regentaba como ya lo he dicho la tía Carmen y
su hija del mismo nombre.
La tienda estaba adosada a la casa de la Monja, que es la que se ve. |
Al otro lado del puente, en la misma acera, estuvo la tienda
precursora de la de la Fermina, pero en la parte de la casa vieja donde se hizo
la actual. En ella se vendía de toda clase de ultramarinos desde comestibles
hasta pinturas, lejías y cervezas que ellos mismos distribuían. La regentaban José y Fermina con sus hermanos y
cuñados José también y su mujer Águeda. Con el tiendo cambió de actividad
pasando a ser mas menaje y ropas de casa y quedándose como únicos regentes del
negocio los dos primeros que eran los propietarios de la casa y del local.
En el centro la casa antigua de la familia Heredia Lumbreras y a la derecha la nueva casa de Fermina y José |
Otra tienda de estas características y quizás fuese su
nacimiento anterior a las dos anteriores, fue la de la Mariana ubicada al final de la calle Nueva. Estaba
algo alejada de una parte del pueblo, pero muy cerca del barrio que más creció
a principio de los años sesenta, el de la Bolea, donde no había ninguna tienda
en él, la más cercana en la carretera la de María de Sandoval. Hoy ocupa este
lugar la casa de José Rubio que tiempo posterior también tuvo por poco tiempo
un negocio de carnicería. Y sin no recuerdo más algún tiempo estuvo
también en la acera de enfrente de la otra calle, en la casa de Leovigildo. A
principio de los 70, en el 72 ó 73, se cerró esta tienda con la marcha de esta
familia a otros lugares.
Tienda de Mariana. |
Otra tienda que empezó su negocio de ultramarinos o de
simplemente comestibles, entre ellos frutería, fue la de Chispas a finales de
los años 50. Estuvo ubicada en la calle San Francisco nº 4, junto a la librería
de Miguel Heredia Parejas, local que también formaba parte de la casa. Con el
tiempo este local se convirtió en tienda de tejidos y confecciones del Mantero
y luego pasó a su sobrino, el padre de los Sánchez Nares, Tony y Manolo hasta
que estos se llevaron el negocio a la calle Sevilla y repartirse los herederos
la casa. Chispas el propietario primero de la tienda, del local y casa, también
era electricista y fue uno de los primeros operadores del cine en nuestro
pueblo. Cuando vendió la casa a Cándido el mantero se traslado a vivir a la
casa de don Federico y la tienda se la traspasó a Antonio Tenedor que vivía en
la calle Mártires nº 1.
Primitiva casa y tienda de Chispas y después de Cándido el Mantero |
Este Antonio
Tenedor había sido albañil o era albañil, bastante reconocido en aquellos años
que se quedaba con contratas llevando a bastante gente a su servicio. Muchos
albañiles posteriores como Paco el Gordo y otros que se marcharon a otras
latitudes buscando trabajo y otra vida mejor, se curtieron en el oficio con él.
Me acuerdo en aquellos años de la tienda de las graves crisis que padecía de su
enfermedad en las que tenían que hacerle
transfusiones de sangre en su misma casa con donantes del pueblo que fuesen
compatibles con él. De esta tienda tanto cuando era de Chispas o de Antonio
Tenedor, mejor dicho de su mujer, me traen a la memoria el tallo donde venían
los ramilletes de plátanos y que los chiquillos que vivíamos cerca de aquí nos
peleábamos cuando lo tiraban para hacernos de él como arma para nuestras guerras
y combates, pues se parecía o nos parecía el bastos de la baraja. También de la
máquinas de los chicles. Aquí en estas tiendas fueron las primera que
conocimos. Cuando nos sobraba alguna moneda de perras gordas y nuestra madre
nos daban permiso para comprarnos un chicle. Eso de meter una moneda y darle a
la palanca para ver de qué color salía la bola del chicle nos atraía de manera
especial. Con el tiempo en las otras tiendas se fueron imponiendo estas bolas
de cristal con bolitas de chicles de colores.
Antigua casa y tienda de Antonio Tenedor. |
Hubo una tienda de comestibles que empezó su
emplazamiento en una punta del pueblo y acabó en la misma calle pero a un Km.
de distancia de su primera ubicación. Esta tienda fue la familia Samblás López
que era regentada por el matrimonio y siempre al pie del cañón Concha, la
madre. Su primer emplazamiento fue en las Cábilas, en la casa que fue de
Antonio de Evaristo, mejor dicho de su mujer y de su hijo Juan Pedro el
sacristán. Después se mudaron a su casa, ahora de su hijo Francisco Samblás,
también como he dicho antes en la Carretera al lado del mesón Almagro.
Primitiva ubicación de esta tienda de ultramarinos. |
En la calle Bolea en el nº 6, estuvo la tienda de
comestibles de la Rufina, hasta finales de los ochenta que pasó de manos a sus
sobrinas Liñanes, mejor dicho los maridos de ellas y a principios de los 90
pasó a Mari Luz Muñoz hasta que trasladó la tienda a la casa de enfrente donde
tiene hoy día su supermercado. Esta tienda tenía fama de las más baratas del
pueblo hasta que se abrió el Komo-komo en la misma acera, pero en la 1ª travesía
Bolea, unos doscientos metros más abajo.
La tienda de Rufina, hoy su casa nada más |
Este supermercado del Komo-komo, tuvo gran aceptación en sus
primeros años. Luego los dueños cerraron el establecimiento y con el tiempo lo
volvieron a retomar hasta tres veces otros emprendedores con otros nombres,
entre ellos como Covirán.
El Komo-Komo |
En la carretera hubo también hace años otra tienda que
después se reubicó en la calle San Francisco, esquina con la plaza de San
Marcos. Esta tienda era la de Marcelino Rustarazo y hoy se le conoce con el
nombre de su hija, Lita. A mediados de los años sesenta funcionaba en la calle
Carretera en los bajos de la casa de su pariente Carmen Ojeda al lado de los
electrodomésticos JM. A la ver de este local, en la esquina del la plaza de San
Marcos, tenía Marcelino un almacén de pienso y bebidas así como un pequeño
molino para moler cereales como la cebada y el maíz.
Donde estaba el almacén y molino de Marcelino. |
En la casa de la derecha y en la ventana de la izquierda estuvo la primitiva tienda de Marcelino |
Otra tienda hubo en la calle Carretera esquina con la
carretera de Fuente buena, hoy casa de la familia Gómez. Este señor puso la
primera tienda con el nombre de supermercado en el pueblo. Al empezar con un
nuevo negocio de discoteca y salones de bodas, la tienda la fue dejando de lado
pasando a manos de Antonio Tenedor y de su familia hasta finales de los ochenta
y principio de los noventa. Esto fue cuando la familia tenedor abrió otro
establecimiento en su casa calle Pio XII, en el lugar que le servia de matadero
y carnicería. El nuevo negocio lo regentaba su hijo Antonio y su mujer Marian
hasta que esta encontró trabajo como cocinera en el comedor de la escuela al
poco tiempo de la muerte de él, que sucedió en el 1992.
Supermercado Gómez y Tenedor después. |
Al
lado del supermercado anterior, en la calle Carretera, en la casa que es hoy
día de Requena, puso este señor una tienda de zapatería, aunque también se
vendiese tejidos y otros géneros. Esta tienda fue contemporánea en el tiempo
con la tienda de Juan de Dios, en la acera de enfrente de la carretera, cesando
su actividad casi a la vez.
Anteriormente, la
tienda de Requena, fue una pensión, la de Pedro Olivares así como una tienda de
comestibles y carnicería.
la casa del centro fue la zapatería Requena. a la derecha la casa de Pepe el Cartero |
En la calle
del Río nº 3, en los años ochenta, se abrió una tienda de comestibles,
supermercado Liñán, que lo estuvo regentando hasta su cierre por la hija mayor
de esta familia, Ramona. Empezó como carnicería y así fue como prácticamente acabó
toda actividad con la fabrica de embutidos que se hacía en la casa de enfrente,
de su propiedad. Se trasladaron a otros lugares con esta última actividad
cerrando las de aquí, hará unos cinco o seis años.
El supermercado Liñán |
Hubo hasta mediados una tienda de tejidos, entre otras cosas, en la calle Rosales. Era la tienda de Basilio Espinosa, del que hablaremos en otro apartado con otra actividad. En esta tienda se recogían los boletos de las quinielas hasta que se cerró el establecimiento por jubilación de los propietarios.
Por último hubo otra tienda de tejidos en la calle Carretera enfrente del Parque, que se llamaba La Cigüeña. Era especialista en ropas para niños, de ahí su nombre. Al trasladarse a vivir a otro pueblo se cerró este negocio. Hoy día en él hay una frutería llamada "Fruta Sana"
Casa donde estuvo la tienda de Basilio Espinosa |
Por último hubo otra tienda de tejidos en la calle Carretera enfrente del Parque, que se llamaba La Cigüeña. Era especialista en ropas para niños, de ahí su nombre. Al trasladarse a vivir a otro pueblo se cerró este negocio. Hoy día en él hay una frutería llamada "Fruta Sana"
La Cigüeña |
LAS FRUTERÍAS
En la calle Rosales, enfrente del callejón que se comunica
esta calle con la carretera entre la Fonda y la casa de Retama, estaba la
frutería y pescadería de Pedro Molina. Quizá fuese la tienda más antigua que
vendiese pescado del pueblo. Al principio también servía como bar quizá fuese en los años cuarenta y principio de los cincuenta. Me acuerdo del ancho
portal de la casa donde ponía las cajas de pescando envueltas en hielo los amos
viejos. Del pregonero anunciando cuando venía el pescado a este establecimiento
diciendo el género que era y el precio de él.
Frutería y pescadería de Pedro Molina |
Los últimos años de este
matrimonio en el negocio lo hicieron ayudados por su sobrino Antonio Robles que
se quedaría con él, cuando ellos lo dejaron definitivamente. Al principio,
Antonio y su mujer Mérida, siguieron en el mismo local y viviendo en lo que
sería también su casa. Al progresar en el negocio, lo cambiaron de local
llevándoselo a la Carretera, a la casa de Francisco Jiménez y de Luisa Medina,
la misma que hoy día está el puesto de venta del pescado. También hicieron un
almacén con cámaras frigoríficas, en la calle Carretera esquina con la calle
Nueva. Hoy día este edificio esta completamente en desuso y abandonado. Al
principio de los noventa cerraron este negocio y se trasladaron con sus hijos a
otros lugares de la geografía española. Tuvo en su día varias personas
trabajando con los Robles, como Manolo Calahorra como chofer y Antonio el de
Nazaret o como Gabina Romero despachando pescado ayudando a la propietaria,
Mérida.
En la casa de la izquierda estaba la frutería y pescadería de Robles. |
Otra frutería y pescadería muy antigua fue la de la Pepa
Molina. Estaba ubicada en su casa, en la calle Carretera al lado de la tienda
de Miguel Luna. Ella era la encargada del despacho del género y su marido Pedro
Chinchilla del transporte de él. También tuvieron un tiempo un conductor para
su camión Avia, para traer la fruta y
el pescado de Úbeda y el reparto a otros lugares. Con la jubilación del
matrimonio acabó la actividad y se cerró el negocio.
Pescadería y frutería de Pepa Molina |
Hubo unos años a finales de los sesenta, que un hermano del
anterior, Millán, puso un negocio de frutería como un anexo de su hermano en su
casa de la calle San Lorenzo nº 5. Hoy
habrá cambiado la numeración de esta casa por la abertura de la
biblioteca, hoy guadalinfo que antes no existían y tienen ahora el numero uno.
Estuvo funcionando por poco tiempo esta frutería, luego sus dueños abrieron la
churrería y el bar de ese nombre en la calle carretera, hoy casa de su hija Ana
Mari y antiguamente la cuadra de Miguel Molina a quien se la compraron.
La frutería Millán |
PIENSOS Y GRÁNULOS
También había a principios de los sesenta tiendas de granulo
o pienso para los animales. La más antigua era la de Mateo, me parece que el
pienso se llamaba Biona. Esta tienda vendía toda clase de alimentos para los
animales domésticos de aquellos tiempos, rara era la casa que no tuviese en sus
dependencias algún cerdo de cría para la matanza, alguna cabra para que le
diese leche o el vehículo de aquellos años, el burro. Mateo Egea vendía pulpa y
salvado para los gorrinos, harinilla para cerdos y gallinas, trigo también para
ellas, maíz molido y cebada para las bestias. Esta tienda estaba en la parte
izquierda de los bajos de la casa familiar, donde estuvo ubicado por algún
tiempo la oficina de correos al lado del bar Panochas que formaba parte del
mismo edificio, en la calle Carretera.
Las dos casas centrales pertenecían a negocio de Mateo |
Otra tienda, el del pienso Nutrotón, fue la regentada por
Otilio Olivares en lo que es hoy día la cochera de esta casa familiar situada
en la carretera en la casa que linda con la de Satur. Todavía existe la rampa
en la acera para poder entrar en la cochera. Esta cochera o mejor dicho la
entrada y salida de ella para incorporarse a la carretera produjo más de algún
susto a Otilio y a los coches que pasaban ese momento por allí. Aquí se vendía
solamente granulo de todo tipo para cerdos, pollos, gallinas, conejos y para
cabras. Algunos sacos de granulo he transportado con la carretilla que tenían
hasta mi casa en los años sesenta.
La casa de Otilio y la tienda la tenía en la cochera |
Este señor, en los años sesenta abrió una
granja de pollos y gallinas en unas naves que tenía en la calle Pio XII donde
hoy día sirven para locales de peñas. Después también en esos años, otra granja
de cerdos en unos terrenos que tiene esta familia entre la calle San
Lorenzo y el arroyo, enfrente de las
Escuelas Viejas. Es la llamada granja de Otilio que hoy sirve como vivienda de
aceituneros y lugar donde sus hijos guardan los aperos de labranza.
Lugar donde tuvo la granja de pollos |
Entrada de la granja de cerdos que tenía Otilio Olivares |
Otra tienda posterior a estas, estuvo en lo que fue la
posada de Braulio regentada por Antonio Rodríguez. Fue como la sustituta de
Otilio Olivares, pues me parece que vendía la misma marca de granulo el
Nutrotón. Estuvo funcionando toda la década de los setenta y algunos años más
LAS PANADERÍAS
Las panaderías que todavía hay hoy día en nuestro pueblo
como la de Almagro y las dos de los hermanos Blanco son heredadas de padres a
hijos y van por lo menos por la tercera generación como las de los dos últimos
y la de Almagro quizá sea ya la cuarta generación.
Antes de la
guerra civil ya existía en el mismo lugar la panadería de Almagro, siendo
Fernando, el patriarca de esta familia, todavía un adolescente pues cuando
empezó la guerra tenía 17 años y ya se le conocía como el panadero.
La de Antonio Blanco, el fundador de las otras dos
panaderías con este apellido, quizá fuese muy posterior a la anterior. La
panadería de Antonio Blanco el mayor todavía está en el mismo lugar que la de
su hijo Paco Blanco. La de los hijos de Antonio Blanco el menor, José Antonio y
Carlos se puso en marcha después de la muerte del patriarca de la familia
Blanco.
En los primeros años de la formación de nuestro pueblo no
había panaderías propiamente dichas como son las de ahora. El pan se hacía en
la propia casa en la que se disponía de un horno y se amasaba el pan
normalmente para una semana. Todavía hay restos de estos hornos en ruinas en
muchos cortijos y aldeas de nuestro termino, el más cercano al lado del campo
fútbol San Lázaro, en el cortijo de Lázaro. Algunos, como el del cortijo de los
Poyos todavía se sigue usando con regularidad.
Pero al ir haciéndose el pueblo más grande, las casas de él
no estaban acondicionadas con el pertinente horno para cocer el pan.
Empezaron a nacer gente que vivía a
expensas de alquilar su horno y su trabajo para cocer el pan cobrando una
cantidad de dinero según el servicio realizado. También se dedicaban a vender
el pan que ellos mismos hacían o que a veces era cobrado por sus servicios a
personas menos pudientes y que no tenían posibilidades económicas para hacer su
propio pan.
Aquí hubo una familia que hasta los años sesenta se
dedicó a esta actividad de explotar su
horno a los habitantes del pueblo que tenían posibilidades de hacerse su pan.
Se le llamaba los Horneros y tenían su horno en los patios de sus casas que
estaban a la orilla de la carretera ocupando el lugar del bar de la Parada y
las dos casas aledañas a él, la relojería y la de la antigua barbería de Ramón
Marín. Yo conocí a los propietarios de las dos casas, la del bar, Teresa
Galarzo y la de las otras dos casas que era la misma, Julián Galarzo y su mujer
Rosa, conocidos como los Horneros. Cuando hablábamos de la gran riada del 35,
mencionamos que el agua llegó hasta la boca del horno de la Rosa, que no se si
lo dije estaba lleno de pan y que la máquina de coser de Teresa se la llevó la
riada hasta la plaza de San Marcos.
La casa de Rosa abarcaba las dos casas que se ven |
Posterior a estos hornos pero simultaneas a las dos
panadería, origen de las tres de hoy día, existieron otras.
Una era la de Luis Blanco que estaba situada en la casa
familiar, donde está hoy día la tienda de electrodomésticos JM, en la calle
Carretera y el callejón que une esta con la calle Villa Luz Yo la conocí por
poco tiempo esta panadería.
Antigua casa de Félix Blanco |
Otra fue la que estuvo un tiempo en la acera derecha de la
calle del Río haciendo esquina con la travesía de las Viñas, en el cruce de
estas calles con la calle que va al Colegio e Instituto. El que tuvo la
panadería era Mateo Egea Palomares, hijo del tenía una tienda de piensos. Tampoco duró muchos años al no poder competir con
las dos grandes panaderías que todavía siguen explotándose, y al reducirse el
consumo del pan entre otras cosas por la disminución de la población por la
emigración que hubo a finales de los años 60 a acabarse las obras del pantano
del Guadalmena. Este panadero emigró a Alemania y la casa está temporalmente
cerrada por este motivo y por haber muerto los antiguos propietarios y
solamente se abre cuando vienen sus hijos o nietos de vacaciones.
Casa de Mateo egea Palomares, donde tuvo una panadería |
Podíamos hablar mucho de cómo hicieron rentable y fructífero
estos panaderos sus negocios y como los de Almagro se extendió por varias
localidades estableciendo a sus hijos en diferentes establecimientos y como el
de este pueblo tenía despachos en Beas y vendía por las calles de Chiclana y de
Puente de Génave. O como Antonio Blanco, hijo, llevaba el pan al pantano de
Guadalmena en unos cestos o canastas en el portaequipajes de su bicicleta
teniendo que subir cargado la cuesta de la Haza Alta. Bueno, dejaremos esto así
para otra ocasión.
LAS CARNICERÍAS
Las carnicerías en nuestro pueblo se deben de dar en un
tiempo relativamente cercano a nosotros. Al principio de ser núcleo de
población, a finales del siglo XIX, no habrían establecimientos que se
dedicaran a vender carne de manera regular. Si se vendía alguna sería la
sobrante que tuviese alguna de las numerosas ventas que había en este siglo.
Pues en estos establecimientos se matarían reses para servir carne en las
comidas que daban a los viajeros y sobre todo arrieros que en ellas se
hospedaban.
En
cuanto en las casas particulares, las personas que en ella moraban, hacían
acopio de carne cuando llegaba la época de las matanzas y dependiendo de su
poder económico se podrían abastecer con mayor o menor cantidad de ellos. La
mayoría de los habitantes de nuestro pueblo, hasta época muy reciente, criaban
los animales en sus casas, que luego los sacrificaban en el rito de la matanza. Este lo hacían
con la llegada del frío y antes de empezar con la recogida de la aceituna para
tener la despensa llena con las reservas de carne y sus derivados: jamones,
chorizos, morcillas, lomo, salchichones y tocino.
Cuando había en la familia algún acontecimiento importante
se mataba algún cordero o cabrito para ese acto. Como las familias algo más
pudiente, además de los cerdos para las matanzas, también tenían alguna cabra u
oveja reservando alguna cría de ellas para algún imprevisto familiar o festivo.
Siempre había algún familiar o vecino cercano que fuese experto en sacrificar
estos animales, como todavía siguen existiendo hoy día, aunque se den muy pocas
matanzas con los sacrificios de los cerdos.
A principios del siglo XX hay constancia que ya había
carniceros en nuestro pueblo. La casa de mi abuelos se lo compraron sobre 1919
o 20 a uno de ellos y estaba preparada para ser carnicería. Sin más no recuerdo
este carnicero sería Pedro Olivares que luego tendría una pensión entre otros
negocios que tuvo.
Pero la carnicería que mayormente conoce la gente del pueblo
fue la de la familia Tenedor. Esta estuvo ubicada, por lo menos desde que yo lo
conocí, en la calle Carretera en el mismo lugar que ocupa hoy día el edificio
de la Caixa. Entonces se le conocía como la casa del tío Pío, abuelo de Carmen
la de Lorenzo o de la Cirila. En ella vivía el abuelo de los Tenedores de hoy
día con su hijo Antonio. La entrada de la casa era la carnicería y la puerta de
la entrada estaba partida por la mitad como era costumbre en las puertas de
aquella época por estas latitudes, todavía en algún cortijo se pueden ver. No
vendían tanta carne como hoy día se venden en las tiendas de nuestro pueblo. La
mayoría de los animales que sacrificaban eran de su propiedad que cuidaban o
pastoreaban ellos mismos y así como cuando algún vecino tenía necesidad de
dinero, les vendía alguna cabra u oveja vieja o algún cabritilla de más que
tuviese.
La primitiva carnicería estaba en el espacio que ocupa el edificio de la Caixa. |
En los años sesenta se trasladó esta familia a la casa que
construyeron en la calle de Pío XII. Aquí tenían su ganado y le servía también
de matadero, aunque la carnicería la seguían teniendo en la calle Carretera.
Después como ya he dicho anteriormente se quedaron con el supermercado de
Antonio Gómez hasta bien entrado los años noventa. Hoy ya no existe nadie de
esta familia dedicada a esta actividad en el pueblo.
La casa y carnicería Tenedor en la calle Pio XII |
En los años cincuenta hubo otra carnicería que estuvo
ubicada en dos sitios. Primero en el solar que era la casa de Antonio Ortega,
una casa pequeña que había allí. Después se trasladaron a la calle Bolea nº1 o
3 dependiendo de la casa de la esquina con la carretera tenga también la
numeración en esta calle. Me acuerdo que era una mujer viuda con su hijo sin no
mal recuerdo llamado Ricardo, los que regentaban esta carnicería. A los años
sesenta no creo que llegara abierta.
Esta carnicería en la calle Bolea |
A mediados de los
años sesenta, se abrió otra carnicería en la calle entonces llamada Valencia
con el nº 2 y desde entonces calle Rocío. El carnicero era otro miembro de la
familia Tenedor, Ignacio, hermano del otro carnicero que había en aquella época
en el pueblo. Con el tiempo esta carnicería se convertiría en el supermercado
Tandy regentado por su hija Marisol y su marido Mariano. Se trasladó a la calle
Carretera al comprar el patio de la casa de los Revillas donde se ubico el
supermercado y el pub de su propiedad La Cueva. Hoy día esta la tienda de
Rustimante en el espacio que ocupó el supermercado.
Casa de Ignacio Tenedor donde tenía su carnicería él y después su hija Marisol y el Supermercado Tandy |
Hubo en los años 90 otra carnicería, ya comentada en
apartados anteriores, en la 2ª travesía Nueva, regentada por los hermanos Rubio
López.
Hoy día no hay ningún establecimiento que sea solo
carnicería. En todos los supermercados que hay hoy día en el pueblo hay una
sección de carnicería llevada por carniceros del pueblo y en algún otro que le
traigan la carne de algún matadero industrial.