domingo, 26 de mayo de 2019

LUGARES, ACTIVIDADES, NEGOCIOS: BARBERÍAS, FERRETERÍAS Y DROGUERÍAS


LAS BARBERÍAS



        

         Siguiendo con las profesiones o actividades que ya no se dan enlazándolas con las anteriores tenemos la  de los barberos.

         No se desde cuando había barberos en nuestro pueblo, pero ya en el siglo XX hay constancia de que había en este lugar personas que se dedicaban a este profesión.

         El primero que he oído hablar de él, fue el maestro Placido. Este barbero y practicante, ejerció como tal antes de la guerra Civil. Ya en el 1935, cuando la inauguración de las fiestas de San Francisco, se dio a conocer por su participación activa aunque no deseada de esa manera. Fue protagonista en el festejo taurino de esas fiestas al ser actor sin su consentimiento del tercio de banderillas. Cuando el banderillero aficionado, el alcalde pedáneo Víctor Romero, huyendo del toro le clavo las banderillas en el trasero del practicante que aquel día ejercía de cirujano en el festejo.

         En épocas pasadas los barberos eran o ejercían de practicantes o ateeses y de dentistas o sacamuelas como se les llamaban. Este hombre ejerció, como el más puro representante del oficio, de estas atribuciones.

Otro barbero fue Pepe conocido también por este sobrenombre. Era el marido de Juliana Luna y tenía su casa, la familia los Lunas tenían varias, en la calle Carretera donde por casualidad de la vida hoy día hay una consulta de dentista aunque él la barbería la tenía otra en la misma calle en la que hoy vive su sobrina Mari Luz.

         El padre de los Lumbreras, Luis, Mari Luz, Juana y Caridad, puso una barbería también en la calle Carretera, hoy casa de la familia Gómez, en la esquina de esta con la carretera de Fuentebuena. Esto sucedió después de la guerra en los años cuarenta. En esta barbería un joven aprendiz se hizo también barbero y siguió ejerciendo por su cuenta llamado Montoro que con el tiempo formó parte de mi familia al casarse con una prima de mi madre. Al acabar los años cincuenta dejó esta actividad en el pueblo y se marchó a Valencia.
La casa de la derecha era donde vivían la familia Lumbreras y tenía la barbería


         Otro barbero y sacamuelas fue Basilio Espinosa que estuvo ejerciendo de este oficio hasta entrado los años sesenta. A principio de estos años se dedicó a su comercio de tejidos y como despacho de las quinielas. Su casa estaba en la calle Rosales nº8, la que está enfrente del callejón que une esta calle con  la Carretera.  
Casa y tienda de Basilio


          En los últimos años de los cincuenta hubo otro barbero que le llamaban Reyes. Tenía la barbería en la calle Bolea en el edificio del bar Puerta del Sol, entonces a nombre de su propietario Paco Luna. Ocupaba una habitación en lo que ahora son los servicios del bar. Me acuerdo que aquí me llevaba mi abuelo a pelarme, todo esto antes de 1960.

Debajo del aire acondicionado se nota todavía donde estuvo la puerta de esta barbería

         En estos años sesenta fue cuando más barberos había en el pueblo. Uno de ellos fue Paco Torres, el de Bernardo. Este tenía la barbería en la calle Carretera junto al bar de la familia. Hoy día es la casa de su hermano Antonio. Después de cerrar en los años 70 la barbería, siguió haciendo uso de su oficio en el Puente de Génave y en el pueblo atendía a algunos de sus vecinos ya mayores. Este fue el padre de la peluquera Marita, al que algunos de sus amigos le llamaban el Maestro Tijeras.
La cuarta casa empezando por la derecha, la mas baja, era la casa de Bernardo y donde estaba la barbería


         Otro de los años sesenta fue Ramón Marín. Este tuvo la barbería en la calle Carretera en la casa que fue de José Camposanto, en la habitación de la parte derecha de dicha casa más cercana al arroyo. Cuando partieron la casa familiar de su mujer Isabel, puso su barbería en los bajos de la parte que le correspondió. Aquí se hizo barbero su hijo hasta que se independizó al casarse y poner su barbería en Orcera.
Barbería de Ramón Marín, a la derecha.


         Cuando faltaba o se daba de baja por alguna enfermedad o imprevisto, le sustituía algún que otro barbero aficionado como a veces lo hizo mi pariente Manolo Heredia. Este sucedió algunas veces cuando tenía la barbería en la primera ubicación en la casa en la que hoy día tiene su negocio de electrónica Juan Diego. Eran los años sesenta.  

          También hubo épocas que mi pariente Manolo Heredia ejerció por libre de barbero. En aquellos años sesenta abrió una barbería, aunque por poco tiempo, en la calle Carretera. No se si era la casa de Antonio Martínez o la del lado, Mari Luz Luna. Otras veces acudía después de echar su jornada en otros oficios a algunas casas a pelar por encargo. A mi particularmente me pelaba en mi casa hasta mediados de los años sesenta.
En una de estas dos casas tuvo su barbería Manolo Heredia

         Acabándose estos años llegó a abrir su negocio de barbero otro Ramón, Rodenas. La barbería o peluquería de caballeros como ya se empezaba a nombrar la tuvo en varios sitios. El primero fue en la calle Carretera, en la casa que era de la familia Nievas, hoy de Tomas Gómez Bueno. Aquí empecé a ser cliente habitual suyo. 
La habitación de la izquierda de la foto estuvo la barbería en sus comienzos de Ramón Rodenas

        Al poco tiempo la puso en la calle Bolea si no me equivoco nº 10, junto a la casa de la panadería Almagro. En este lugar estuvo bastante tiempo hasta poder instalarse en su casa de la calle Carretera al lado de la tienda de la fotógrafo Anabel. 
La Barbería de Ramón en la Calle Bolea

     En su momento fue el barbero de más existo entre los jóvenes del pueblo y de los alrededores. Su enfermedad hizo que dejase el negocio antes de tiempo. Puedo decir que fui uno de sus primeros clientes y uno de los últimos que atendió antes de cerrar la barbería. Era finales de año y me dijo que ya no iba a pelar a nadie porque no podía aguantar pelando mucho tiempo seguido, si no fuese por algún compromiso.

Casa y barbería de Ramón Rodenas

         También a finales de los sesenta hubo otro simulacro de barbería, digo esto, porque duró poco tiempo como local abierto al público aunque se hiciesen trabajos en las casas de los clientes. Fue el barbero Miguel López Galarzo. Tenía la barbería en el portal de entrada de su casa, pues los bajos de ella estaban lo que hoy es el bar La Parada  y más adentro el salón de bodas de esta familia formada por el padre Pedro Miguel el municipal y su mujer Genara. De esta familia ya hemos hablado en otros apartados de sus actividades de bar, salón de bodas y de pensión.
En el pasillo de la casa tuvo la barbería Miguel

         Y para ir acabando con esta actividad nos queda el último barbero o mejor llamado peluquero, Esteban Torres. Hace relativamente pocos años tuvo su peluquería en la calle Carretera en el mismo local donde después lo tendría  Pedro Guillén hasta septiembre de 2018 que se jubiló. 


Esteban quizá fuese el primer peluquero que aprendió en una academia de peluquería de este pueblo. Pues otro de los peluqueros o barberos actuales Javi es algo más joven que él. Casi todos los barberos antiguos aprendieron el oficio en la mili o se perfeccionaron allí. Otros fueron aprendices de otros barberos.
En esta casa tuvo la primitiva barbería Pedro Guillén


En las barberías acudían los clientes no solo que se  les pelara o afeitara, sino también a pasar el rato hablando con los otros clientes o a leer el periódico que en estas barberías tenían contratado. En las antiguas, a la de Paco, también conocido como paco el de la Elisa, o la de Ramón Marín, estaban suscritos al periódico ABC. Este periódico se leía con un día de retraso, que era el tiempo que tardaba de llegar de Madrid aquí, llegaba en el correo o mejor dicho en la Alsina Graell de las tres de la tarde. Este autobús,  Alsina Graell, era el correo o mejor dicho el vehículo que hacía de correo como de transporte de personas y mercancías de este pueblo con el exterior. Había dos líneas: una pasaba a las siete y media de la mañana que salía de Siles y llegaba hasta Granada y otra de vuelta que pasaba a las tres de la tarde.

Las colas en las barberías de los años sesenta eran muy habituales, sobre todo por las tardes. Porque no solo se cortaba el pelo, sino que también era muy usual que se afeitase también en ella sobre todo a las personas mayores o ancianas eran los que más usaban este servicio. A causa de estas colas yo dejé de asistir a alguna de ellas porque me sentí engañado alguna vez en el turno de espera. Y eso que algunas, como la de Ramón Marín, tenían una tabla colgada en la pared con números hechos con monedas de perra gorda para coger o pedir la vez.

LAS FERRETERÍAS Y DROGUERÍAS

Las tres ferreterías que hay hoy día en el pueblo están regentadas por personas relativamente jóvenes. Pero antes que estos ferreteros, hubo en nuestro pueblo otros tres que no tienen o tuvieron relación con los actuales menos la ferretería de Jesús Llavero que es heredera de otra anterior que fue la que estuvo más tiempo funcionando.

Me estoy refiriendo a la de José Medina. Este ferretero era tío de Jesús, su mujer todavía vive. Tuvo la tienda primeramente ubicada, también en la calle Carretera, en la antigua casa familiar de su suegro Luis Blanco, hoy la tienda de electrodoméstico  JM, en la esquina con el callejón que conduce a la calle Villa Luz. 
Primitiva ubicación de la ferretería de José Medina

Después la trasladó al sitio actual, en los bajos de su casa o vivienda. Este hombre, José Medina, era un hombre que te daba la receta para cualquier cosa que se pudiese apañar con los productos que él vendía. La sosa que se necesitaba para hacer jabón, o la cantidad de polvos que había que echar a los tomates para conservarlos. O como las curas, que había que hacer con los polvos químicos que vendía a granel, para atajar las epidemias de los productos agrícolas. Si es no disponía del remedio se ponía en contacto, o te ponía a ti, con otro colega suyo de Beas, Olegario. A cuantos chiquillos que ahora tienen más de cincuenta años le atendía cuando iban con su botella de cristal que a comprar aguarrás, flix u otro liquido toxico que vendía a granel o productos para lavar como los polvos de Ese o los jabones lagarto.
Casa y local comercial de José Medina y hoy negocio de su sucesor J. Llavero.

Otra ferretería antigua, fue la de Roque Gilabert. No se si empezó a funcionar antes que la de José Medina. Estuvo ubicada en la casa de Roque en la calle Carretera, junto a la de la farmacia. Cuando reformó entera esta casa dejó este negocio dedicándose solo a la agricultura y a su fábrica de materiales de construcción como ya hemos hablado con anterioridad.
La ferretería de Roque estaba en la casa de la izquierda y en la del centro sería la droguería y casa de Paco el Mancebo.


Otra droguería, porque de ferretería no tenía nada, fue la de Paco el Mancebo. Se le llamaba así porque estuvo varios años como dependiente o mancebo de la Farmacia. Llegó aquí, todavía soltero para ejercer en la farmacia esta actividad. Después de casado puso su negocio de droguería y pintura en una habitación de la casa donde está ubicado el bar Puerta del Sol al lado de este junto a la puerta de entrada al edificio. Después se trasladó a lo que sería su casa, al lado de la de Roque Gilabert. Esta casa era del tío Fernando Hornos y Paco se la compró a sus herederos. A finales de los años 70 o principio de los 80 cerró el negocio y se trasladó a vivir a Jaén.    
En la habitación de la derecha estuvo la droguería de Paco